Urko Macias aplaza la decisión a la Florida (0-0)

Tras errar en su bala directa -como campeón del Grupo IV- ante el Talavera de la Reina y de superar al Martos en semifinales el Portugalete Club ha arrancado este domingo en el Fernando Astobiza de Santa María de Sarón su eliminatoria final por el ascenso a Segunda B con un empate sin goles frente al CD Cayón cántabro (0-0).

Urko Macias ha sido decisivo para dejar la puerta imbatida en la segunda mitad, por lo que todo se decide en el encuentro de vuelta que se disputará el próximo domingo a las 18:00 en La Florida. Un partido trampa, sin duda, visto como rinde el rival fuera de casa. Equipo de contras al que le vale el empate con goles. Cuidado.
La cercanía, alrededor de 90 kilómetros, ha favorecido el desplazamiento de más de 500 aficionados vizcaínos a un terreno rival que presentaba un gran ambiente y un magnífico aspecto en lo que al césped se refiere. Los de Ezequiel Loza, hoy de blanco por la coincidencia de colores, salían con todo, incluído el recuperado Iker Zarate, y como claros favoritos ante un rival que fue el cuarto clasificado del Grupo III.
Los cántabros trataron de presionar muy arriba de salida para incomodar el mejor fútbol del visitante, que en cuanto cogía la pelota, con un Carlos Merino enchufado junto a Ioritz, enseguida marcaba la diferencia de calidad. La pega es que ese dominio relativo no iba acompañado de ocasiones de gol, tanto es así que costó más de 20 minutos asistir a un disparo de Korta, el primero del partido, y otros 10 para que Moya enganchara un córner de Kepa con un remate que se le fue alto.
Fue de lo poco reseñable porque en el minuto 32 llegó la única ocasión clara para el Cayón que Olaortua mandaba a corner in extremis, demostrando que los balones en largo eran la vía para avisar de sus intenciones en este cruce. Pero sobraba respeto y ha habido poco más que apuntar en el bloc de notas.
Segundo tiempo más movido
En la reanudación el Cayón cambiaba de sistema y de empuje. Con lo que Urko Macias sí que tuvo que cobrar protagonismo cuando el conjunto de casa pasó a estar más fino en sus balones parados y en sus contragolpes, ya que el meta iba a ser clave para mantener la puerta a cero cuando llegaban en avalancha los intentos de los locales como el de Rubén Lavín. Loza movió ficha, metiendo al veteranísimo Germán Beltrán por Sergio Martín, para intentar reactivar el juego de ataque vasco, que estaba desaparecido.
Había que buscar alguien con la inspiración suficiente para aprovecharse de que los cuatro integrantes de la zaga cántabra estaban amonestados a mitad de la segunda parte. Tal vez incluso un central debió ser expulsado, pero el árbitro prefirió ahorrarse jaleos. A la hora de moverse entre líneas el ex del Barakaldo es un artista. Habilitó a Zarate, que con su habilidad, sacó un centro-chut que se paseaba por mitad del área pequeña.
Cansado Iker dejaría su plaza a Manu en la recta final del encuentro en la que ambos contendientes parecieron tener claro que todo se decidiría en la vuelta, sobre todo los cántabros que se felicitaron con el pitido final. El 0-0 es abierto pero peligroso para el que juega en casa. Y ojo que el Cayón fuera de su feudo durante el playoff ha sacado siempre réditos.