Lizarazu: "Nunca me sentí físicamente bien en el Athletic"

Bixente Lizarazu (Donibane Lohizune, 1969) se convirtió en 1996 en el primer jugador vasco-francés en vestir la camiseta del Athletic Club. 300 millones de las antiguas pesetas pagó el club presidido por José Mari Arrate al Girondins de Burdeos por el defensa labortano para apuntalar la plantilla de Luis Fernández. Su estancia en Bilbao, sin embargo, fue breve y convulsa. Sólo jugó 18 partidos -16 de Liga, en los que sufrió dos expulsiones por roja directa, y dos de Copa) antes de irse al Bayern de Múnich. Salió de Bilbao multado por el club al negarse a viajar a Alicante para medirse al Hércules, y por piernas tras una encendida rueda de prensa para anunciar su despedida en la que le lanzaron hasta monedas en pleno Pozas. En una entrevista a la revista Líbero, Lizarazu atribuye su estancia difícil en el club rojiblanco a una lesión que sufrió pocos meses antes de su firma, aunque también tiene buenas palabras para el equipo bilbaíno.

"El Athletic es un buen equipo, un buen club", explica el exlateral de Iparralde cuando se le pregunta por qué mientras sus compañeros en la selección francesa eligieron club destinos más internacionales -Zidane se fue a la Juventus y Dugarry al AC Milan - él se decidió por el club rojiblanco.

"La Liga es el campeonato que siempre había seguido. Cuando era niño, viajaba más a San Sebastián porque mi padre era socio de la Real Sociedad: fui a ver los partidos de la Copa de Europa de la gran época: Arconada, López Ufarte,... Para jugar fuera de Francia, la Liga era natural para mí, a sólo 100 kilómetros de mi casa. El Bayern se había interesado, David Dein, directivo del Arsenal, quería que yo jugara con ellos. Al final, tuve que elegir entre el Arsenal y Bilbao. Elegí el Athletic".

Lizarazu quería "descubrir un club que tiene una cultura propia, donde solo juegan futbolistas vascos". "Pero primero tuve un pensamiento de deportista:

"Quería ser parte de un buen club y descubrir un campeonato que había seguido mucho"

Sin embargo, a Bixente siempre se le recordará en Bilbao por su carácter díscolo y sus excentricidades de enfant terrible (pese a que el club le prohibía hacer surf, era un habitual con la tabla en Sopelana y, estando lesionado, pidió que le enviaran las máquinas y al fisio a su casa para recuperarse allí sin tener que ir a Lezama".

Lizarazu sólo jugó 18 partidos como león -16 de Liga, en los que sufrió dos expulsiones por roja directa, y dos de Copa-

Lizarazu explica que vivió "muy mal" su "lesión en la ingle que no pude curar". "Habían empezado los problemas el año anterior y durante la Eurocopa 96, en la que me convierto en titular del equipo de Francia. Empecé la temporada con el dolor, creía que esto pasaría y no pasó. Me sentí debilitado físicamente, mentalmente afectado. Fue la primera vez que me encontré frente a una lesión y no pude encontrar una solución. Me operaron y la primera parte de mi temporada se truncó", recuerda.

"Nunca me sentí físicamente bien en Bilbao, no pude expresarme, estaba al 60% o al 70%. El más frustrado era yo. No podía encontrar la chispa y decidí que la encontraría partiendo"

A pesar de todo, asegura que "no" considera un fracaso su estancia en el conjunto rojiblanco. "Decidí salir porque necesitaba un nuevo aire. Al final fui al Bayern donde me quedé  8 años y medio. Ésta ha sido la mejor elección de mi vida deportiva. El Bayern me dio la oportunidad de crecer en uno de los tres o cuatro clubes más poderosos del mundo. He ganado todos los títulos que se pueden ganar con un club, he experimentado lo mejor", sentencia el que fuera campeón de Europa con el Bayern y del Mundo con Francia.