Los forenses confirman que la lesión por el pelotazo era "irreversible"
La lesión craneoencefálica sufrida por Iñigo Cabacas durante una carga policial de la Ertzaintza en Bilbao es "compatible" con el impacto "perpendicular" al eje corporal de una pelota de goma, prácticamente recto, según los médicos forenses que han declarado este martes en el juicio por la muerte del joven.
La Audiencia de Bizkaia ha retomado con la prueba pericial el juicio contra seis miembros de la Ertzaintza, tres agentes de base y tres mandos intermedios, acusados de un delito de homicidio por imprudencia profesional durante el operativo del 5 de abril de 2012 tras un partido europeo del Athletic Club en San Mamés.
Entre los especialistas que han declarado, se encuentran tres forenses que han confirmado que la lesión cerebral que sufrió Cabacas y que le causó la muerte cuatro días después de caer abatido en el callejón de la calle María Díaz de Haro, era "irreversible", sin que se pudiera haber hecho nada para evitar su muerte.
Se trató, según ha indicado la médico que ha actuado de portavoz del equipo de forenses, de una muerte "violenta" y "homicida", desde un punto de vista médico legal.
La experta ha explicado que la lesión que presentaba Cabacas era "compatible" con el impacto de una pelota de goma de las utilizadas en los operativos policiales antidisturbios. Era "compatible", según ha detallado, con un objeto esférico, con un peso determinado, que actuó con "una gran energía cinética", que no se consigue mediante la acción humana, sino mediante un impulso mecánico.
"En este caso -ha dicho- es una fractura muy compleja y nos indica que existe una energía cinética importante", que no se logra con el lanzamiento de un palo o una botella. El objeto que impacta lo hace de forma "perpendicular" al eje corporal, según los forenses, que descartan que la lesión pudiese haber estado causada por un disparo hecho hacia arriba ya que en ese caso, "el impacto sería tangencial" y la lesión externa no tendría forma de círculo, sino que sería más alargada.
Además, la especialista ha considerado que como Cabacas presentaba la lesión detrás de la oreja derecha, "el agresor tenía que estar a la derecha de la víctima". En la sesión de, también ha declarado el entonces jefe clínico de la unidad de especialistas que atendió a Iñigo Cabacas cuando quedó ingresado en el bilbaíno Hospital de Basurto.
Este especialista no atendió personalmente al joven por estar en aquellas fechas de vacaciones, pero elaboró el informe correspondiente con los datos aportados por los médicos que le asistieron. Según ha declarado, Cabacas llegó al servicio de urgencias "consciente y ligeramente desorientado" y al poco tiempo evolucionó hacia "una disminución del nivel de conciencia", lo que provocó su traslado al servicio de reanimación del hospital con la consideración de sufrir un traumatismo "muy grave".
Ha señalado que un primer escáner practicado confirmó que había contusión cerebral y una segunda prueba hecha unas horas después evidenció que la inflamación cerebral se había incrementado "muchísimo", lo que derivó en una hipertensión intracraneal.
El paciente, según ha indicado, no respondió al tratamiento aplicado y la presión intracraneal alcanzó niveles "incompatibles" con la vida.
Además de estos especialistas, han declarado tres agentes del Cuerpo Nacional de Policía, uno de ellos por videoconferencia, que en julio de 2013, más de un año después de los hechos, hicieron una inspección ocular del callejón donde Cabacas cayó mortalmente herido a instancias del juzgado de instrucción de esta causa.
Han explicado que tomaron fotografías y mediciones del lugar para hacer en comisaría una reconstrucción infográfica de los hechos y han admitido un margen de error en el posicionamiento que hicieron del cuerpo caído de Cabacas, ya que lo situaron en base a testimonios de testigos, no todos ellos coincidentes.