Athletic, más de 7 años

Desde una noche de San Fermín (sin segundas) de 2011, con Coldplay sonando en el BBK Live, creo recordar, y tras un mensaje de adiós en las escalinatas de Ibaigane, no hemos tenido ocasión de refrendar en urnas el modelo de Athletic Club que queremos.

Ni confrontado ideas ni propuestas, ni constatado el grado de aceptación o desapego del rumbo que lleva el Club. Sólo las Asambleas de Compromisarios han testado un grado de apoyo más que considerable a quienes llevaban la nave, pero no basta, no es suficiente.

Valoro y disfruto de lo que es para mí un día de fiesta: la constatación en las urnas, periódicamente, de lo que queremos que sea el futuro inmediato del Club. Ahí deja de formar parte de la atmósfera de charla de bar, para ser testada vía votos, la idea de Athletic que queremos.

Es empobrecedor que no tengamos ese debate cuando toca, es ése pulso el que nos hace crecer, el plasmar en trabajadas propuestas aquello que puede mejorar lo que no estamos haciendo en condiciones, y la reafirmación de aquello que goza del plácet generalizado.

Quien pudiese formar parte, aunque menos de lo que hubiese deseado, en un lejano proceso electoral, y conocedor de una mínima parte de lo que se cuece, quiere en primer lugar dar las gracias a quienes tienen la valentía de dar el paso: sin ellos no sería posible, y ya con ello están haciendo un ENORME SERVICIO al Athletic, a todos y cada uno de nosotros.

Sabedores de que al final el papel lo aguanta todo, y que los programas electorales al final no se diferencian en exceso unos de otros, sino que muchas veces son las filias y las fobias las que acaban determinando en casos el sentido del voto, desear que se recurra a gente válida, formada, la mejor para cada área.

El Athletic decide competir de la forma que lo hace, siendo esta nuestra principal fortaleza, pero esa elección de camino no implica que no se pueda acceder a los mejores conductores de grupo, a los mejores educadores, a los mejores formadores, a los mejores en cada campo en definitiva, y ése y no otro debe ser el objetivo. Aquí es donde no podemos fallar.

Queda lejos un modelo electoral que desearía no volviese, el de los conseguidores de firmas con contraprestación posterior en forma de hueco en una plancha, o de nómina a cargo del Club.

El camino debe ser el de la búsqueda de la excelencia, y no el ganar a toda costa, el gestionar y decidir cuando se está dentro y respaldado por los socios, no cuando se quiere, a toda costa, ganar, sin reparar en que decisiones y/o promesas electorales, acaban por hipotecar decisiones futuras para pagar los fastos, como ventas de jugadores.

Dejemos de sobar y dar la vuelta al calcetín a Lezama para colocar a unos y echar a otros cada 4 años. Debatamos el modelo y tengamos a los mejores, no los de unos o los de otros, los mejores.

Pido a los candidatos propuestas y trabajo concienzudo en aquello que realmente demanda la masa social: excelencia en el trabajo de cantera, adaptación a competir en un fútbol cada vez más empresarial y falto de alma (Nosotros aún la tenemos, aprovechémoslo).

Iten más. Refuerzo y refrendo de nuestra filosofía, capacidad de participación del socio en la vida del Club, hincar el diente a unos Estatutos que den y no quiten poder al Socio, Animación en San Mamés, acceso de los más jóvenes al Club, como pudimos hacer nosotros mismos hace 35 años, etc...

Me dejo multitud de cuestiones, pero, en definitiva, les toca trabajar en aquello que creen puede mejorar lo ya hecho.

Quisiera que se tuviese claro que lo prometido en un programa electoral es un compromiso de OBLIGADO CUMPLIMIENTO, no algo que se lleva el viento.

Hoy en día, la imagen del césped embarrado y un balón difícil de desplazar forma parte del pasado, las condiciones de juego son excelentes, y así espero sea el proceso que vamos a vivir; que el balón corra, que el juego sea limpio, que todos seamos conscientes de lo que nos jugamos, y que cada uno aporte en la medida de sus posibilidades, desde la consciencia de que al día siguiente, el día 28, seguimos siendo todos uno, y debemos remar todos a una, en la misma dirección y sentido.

Estoy deseando debate, contraposición de ideas, el apretón de manos cordial entre candidatos y el juego limpio por el bien de todos.

Esto no puede dejar rescoldos, división y facturas pendientes. Y me parece que no hemos empezado bien. Demasiado intervencionismo mediático, padrinazgos interesados diversos, y espectáculo poco serio por momentos. Estamos a tiempo de reconducirlo, pero recordemos aquello de que “lo que no mejora…”.

Por César García. Socio del Athletic Club y contertulio de Radio Popular.