Fin de ciclo que se veía venir
No es nuevo decir ahora que el Athletic Club necesitaba refuerzos, no ya este año, sino en anteriores. Esta plantilla, o al menos los 'jefes del vestuario', han dejado atrás sus mejores prestaciones deportivas desde el último año de Ernesto Valverde.
A Ziganda no se le dieron los refuerzos y así nos fue. A Berizzo, en cambio, le llegaron al menos cuatro de los fichados, tres de un muy buen nivel, como son Ander Capa, Dani García y Yuri Berchiche. Tanto de Ganea como de Unai López podía pensarse que serían un poco incógnitas.
Pues con estas empezamos la temporada con Unai, Yuri y Dani como titulares, al igual que la revelación de la temporada pasada, Iñigo Córdoba. Con ellos en el equipo lo cierto es que conseguimos ganar al Leganés y ponernos con un 2-0 ante el Huesca (al menos hasta la revolución que provocó el cambio de Iturraspe por Córdoba y su correspondiente cambio de sistema sobre la marcha).
En esos dos partidos, la grada noble de San Mamés estuvo poblada por Beñat, San José, Iturraspe, Mikel Rico, etc... A partir de ese segundo partido, sin embargo, la 'vieja guardia' fue cogiendo minutos y peso en las alineaciones. Hasta el punto de que ahora mismo Unai López, Dani García, Córdoba y Capa son unos meros invitados a los entrenamientos.
Espera a Gaizka Garitano una ardua labor para sacar al equipo de ese pozo, que es mucho más profundo de lo que en el entorno yo intuyo
Por cierto. Desde ese citado partido ante el Leganés no hemos vuelto a recoger tres puntos en ningún partido. El día del Getafe incluso llegamos a jugar con la misma alineación tipo del Cuco Ziganda del año pasado.
Al escribir estas líneas para ElDesmarque Bizkaia me entero de la destitución del 'Toto' Berizzo. Un tipo que por cierto me cae bien, al cual creo que esta caseta le ha quedado grande y no se ha atrevido a consolidar ese cambio generacional que el equipo tan urgentemente necesita y, que de inicio, parecía claro que iba a realizar.
Ahora le espera a Gaizka Garitano una ardua labor para sacar al equipo de ese pozo, que es mucho más profundo de lo que en el entorno yo intuyo. Y desde aquí le mando toda mi fuerza y apoyo para que sea valiente e introduzca en el equipo los cambios que considere necesarios, sin mirar edad, ni peso específico ni ránking económico.