Lezama, 'nondik nora'

Durante el mandato del dimisionario Josu Urrutia en el Athletic Club, las riendas de Lezama fueron llevadas inicialmente por Aitor Larrazabal bajo la supervisión del director deportivo José Maria Amorrortu. En la presentación de 2011 se definieron los siguientes cargos principales, además de los dos mencionados: Captación: Blas Ziarreta e Íñigo Lizarralde; Calidad: José Manuel Sevillano; desarrollo profesional y personal de las promesas rojiblancas: María Ruiz de Oña; Vigilancia del fútbol vizcaíno: Fernando Quintanilla; y servicios en la identificación y mejora del talento: Ignacio Palacios.

No he vuelto a ver una presentación igual o similar en los 7 años siguientes. Es más, no soy capaz de localizar en la web el organigrama directivo de Lezama, si bien sí que es cierto que al inicio de cada temporada se informa cumplidamente del cuerpo técnico de cada uno de los equipos del Club, “colgándose” en la página web el staff técnico.

Pues bien, en 2015 dimite Aitor Larrazabal como máximo responsable que era de la dirección deportiva de fútbol de formación por sentirse “ninguneado” en las decisiones adoptadas con respecto a técnicos de su confianza destituidos por el director deportivo José Maria Amorrortu, como por ejemplo, y entre otros, Gontzal Suances, llegando a afirmar que se había enterado por la prensa de dichas decisiones.

En 2017 se prescinde de la sicóloga María Ruiz de Oña y en ese mismo año Fernando Quintanilla toma la A-8 dirección San Sebastián. Iñigo Lizarralde continúa de ayudante en el Bilbao Athletic ahora bajo las órdenes de Aritz Solabarrieta y antes de Gaizka Garitano.

Es decir, en el organigrama directivo de Lezama se han producido bajas muy significativas, desconociendo si se han cubierto y, en su caso, por quien, y sus funciones.

Aportaciones de Lezama al primer equipo periodo 2011-2018. 

Desde la temporada 2011-2012 hasta la temporada actual 2018-2019 han debutado en el primer equipo, salvo error, 30 jugadores: Iñaki Williams – Yeray Álvarez – Unai Núñez – Iñigo Córdoba – Kepa Arrizabalaga – Unai Simon – Iñigo Lekue – Sabin Merino – Peru Nolaskoain – Unai López – Gorka Guruzeta – Aymeric Laporte - Enric Saborit – Ager Aketze – Iñigo Muñoz – Oscar Gil – Mikel Vesga – Asier Villalibre – Javi Eraso – Unai Bustinza  - Ibai Gómez (aunque no sea propiamente dicho un jugador “made in Lezama”) – Erik Moran – Guillermo Fernández – Unai Albizua – Alvaro Peña – Jonxa Vidal – Iñigo Ruiz de Galarreta – Jonás Ramalho – Iker Undabarrena y Andoni López.

De todos ellos, permanecen en el Club (14): Iñaki Williams – Yeray Álvarez – Unai Núñez – Iñigo Córdoba – Unai Simon – Iñigo Lekue – Peru Nolaskoain – Unai López – Gorka Guruzeta – Iñigo Muñoz (BA) – Asier Villalibre (BA) – Sabin Merino (cedido Leganés) - Mikel Vesga (cedido Leganés) – Andoni López (cedido Almería); y en la primera plantilla 9 de esos 14.

De esos 9 jugadores que forman parte de la primera plantilla del Athletic, tan sólo se podrían considerar como consolidados, según mi criterio, a 3 de ellos: Williams, Yeray y Núñez, o como mucho, a 4 si incluimos en esa lista a Iñigo Córdoba, y ello siendo generosos (cierto es que se podría añadir a la lista de jugadores “consolidados” a Kepa y Laporte, pero ya no están en el Club).

Por lo tanto, la “producción de Lezama” no está siendo lo suficientemente eficiente como para surtir al primer equipo de jugadores que aporten rendimiento de manera continuada, lo que está teniendo, al menos, dos evidentes consecuencias:

1. El envejecimiento de la plantilla. La edad media de la alineación presentada en el partido ante el Valencia fue algo superior a los 30 años, lo nunca visto en la centenaria historia del Club.

1. La necesidad de fichar de otros clubes, con la problemática que ello supone dado el limitado mercado al que puede acceder el Club y las desorbitadas cantidades económicas que se tienen que afrontar a la hora de hacer un fichaje (cláusula de rescisión y ficha del jugador).

Por cierto, todos los datos y números arriba mencionados y obtenidos de la página web del Club, ponen en entredicho las afirmaciones de uno de los dos candidatos a la presidencia del Club al respecto de que “en los últimos siete años y medio han subido 19 jugadores al primer equipo o están jugando en Primera División”. Pues bien, que haya jugadores salidos de Lezama que estén jugando en primera división pero que, por el motivo que fuera, no se han considerado válidos para jugar en el primer de equipo de nuestro Club, no creo que sea un dato como para sacar pecho, ya que la finalidad de Lezama es formar jugadores para incorporarlos en la plantilla del primer equipo de nuestro Club, no para que formen parte de las de otros clubes contra quienes competimos en Liga. 

Situación clasificatoria actual de los equipos de cantera.

Si vamos a las clasificaciones a día de hoy, 21/12/2018, vemos que el equipo cadete liga vasca es quinto con 27 puntos, a 10 puntos del Eibar, mientras que Real Sociedad y Alavés son segundo y tercero, ocupando el Danok Bat el sexto puesto a un punto. En liga nacional juvenil, el puesto es el segundo, con 32 puntos, a 2 de la Real Sociedad, siendo el Danok Bat tercero; y en División de Honor Juvenil la clasificación es ciertamente preocupante: décimos con 21 puntos, a 18 del líder, la Real Sociedad, ostentando el segundo puesto el Danok Bat a 1 punto de la Real.

Por su parte, el Basconia es decimoprimero con 21 puntos, a 10 de la Real Sociedad C (4º) y a 6 del Alavés B (6º); y el Bilbao Athletic es séptimo con 25 puntos, a 6 puntos de los puestos de play off.

La frialdad de los números expuestos representa un baño de realidad que tenemos que asumir y sobre todo afrontar para poder sobrevivir.

Una mirada al futuro.

Se decía y se dice que “de la cantidad sale la calidad”, pero a la vista de los datos estadísticos (la natalidad en Euskadi es la más baja desde el año 1941); la sana competencia de otros deportes como el baloncesto, balonmano, rugby etc.; la existencia de otros medios de ocio; y la negativa de todas y cada una de las Juntas Directivas a abrir el melón de al menos plantear a la masa social la apertura de las fronteras de la cantera (pese a que ha habido unos cuantos ejemplos de habernos hecho “trampas al solitario”), al Athletic, en su política de cantera, y más allá de lo que es Lezama, no le queda más remedio que  cambiar dicho axioma por otro, “de la calidad sale la calidad”, y la calidad sale de la selección/captación de jugadores/as y de su formación, para lo cual necesitamos contar con los/as mejores formadores/as.

Es decir, en Lezama deben estar l@s mejores formadores/as de jugadores/as del mundo, sean de donde sean, independientemente de su nacionalidad, raza, sexo o credo.

L@s formadores/as que estén en Lezama, desde alevines y al menos hasta la máxima categoría juvenil, no debieran tener mayor ambición que esa, que formar jugadores, y no utilizar los diferentes equipos de formación como trampolín para ir ascendiendo en la escala de categorías y poder dar el salto a la dirección de equipos profesionales, dentro o fuera del Club. Para ello debieran estar bien pagados y contar con estabilidad, tanto laboral como de línea directriz de actuación, sin cambios bruscos ni radicales, con una cabeza tractora que marque esa línea directriz del proyecto y quien así mismo goce de estabilidad.

Pues bien, al menos desde que este socio que escribe estas líneas tiene conciencia de lo que es nuestro Club, más allá de todo aquello que se refiere al primer equipo masculino, hemos observado vaivenes y múltiples cambios en la dirección de Lezama que desde mi punto de vista poco bien hacen al funcionamiento de la cantera.

Así, por ejemplo, durante el mandato de Fernando García Macua (2007-2011) hubo tres directores de Lezama: primeramente, Iñaki Urkijo que duró poco más de dos semanas; luego una dupla formada por Luis Solar como coordinador general y Julen Masach como director técnico, y finalmente Javier Irureta. Y durante el mandato de Josu Urrutia, inicialmente fue Aitor Larrazabal el responsable de la factoría rojiblanca y después de su dimisión, al parecer, las riendas las ha llevado personalmente el director deportivo, Jose María Amorrortu.

Además de esos cambios en la dirección también hemos llegado a ver incluso durante estos últimos siete años diferencias sustanciales de criterios entre los responsables de la dirección de Lezama y el director deportivo (Aitor Larrazabal vs José María Amorrortu, que provocó la dimisión del primero) y entre los responsables del Bilbao Athletic (Cuco Ziganda y Gaizka Garitano) y el director deportivo, en el primer caso por la negativa de este último de repescar a los cedidos en segunda división para reforzar al BA cuando logró el ascenso a dicha categoría (acabó descendiendo), y en el segundo de ellos las quejas vinieron a raíz de la participación de 14 jugadores del BA en el equipo sub-23 del club que juega la Premier League europea.

En ambos casos ha habido disparidad de conceptos sobre cuál es la mejor opción para la formación del jugador, y, en definitiva, para el Club: ¿que se curta fuera de casa cedido en otro club de la misma categoría o que siga jugando en casa con el objetivo de mantener al BA en segunda división? ¿Qué coja experiencia internacional compitiendo en el extranjero o preparar el partido de liga del fin de semana de segunda B?

Igualmente hemos visto como en Lezama entran y salen entrenadores/formadores quienes muchos de ellos tienen en su curriculum vitae la etiqueta de “exjugador” (Garitano, Ferreira, Solabarrieta, Lizarralde, Estíbariz, Armando, Alaña, Aguirreoa, etc..), lo que provoca que, al menos desde fuera, se tenga la sensación de que el ostentar el rango de “ex”, junto con el título de entrenador obviamente, ya es de por sí carta de presentación más que suficiente como para entrar a trabajar en Lezama, independientemente de la experiencia previa que se tenga de haber trabajado en otros clubes formando/entrenando equipos de categorías formativas. Es más, esa sensación, vistas las idas y venidas de “ex”, lleva añadida la de que entran los amigos “de unos” y salen los de “los otros” cuando hay elecciones y cambio de Junta Directiva, lo que no deja de suponer una inestabilidad que considero perjudicial para llevar a cabo un trabajo de cantera serio y efectivo.

Estoy convencido de que en Bizkaia y en Euskadi hay muchos formadores que sin ser “ex” están desarrollando una labor impecable con los/as chicos/as en edades de formación, y que debieran tener su oportunidad, por lo que no solo habrá que hacer seguimiento de jugadores/as sino también de entrenador@s/formador@s.

Y yendo más allá aún, habrá que ver qué entrenadores/formadores trabajan en otras canteras estatales o europeas de referencia, como puede ser la del Ajax o la del español, y estudiar la viabilidad y conveniencia de “fichar” formador@s de fuera del ámbito propio de Euskal-Herria que puedan aportar su experiencia y conocimientos con una visión objetiva, limpia y desde fuera, no mediatizada por filias y fobias.

A este respecto añadir que ambos candidatos proponen un “más de lo mismo”, ya que abogan por hablar con y traer a Lezama, “gente de la casa”, esto es, exjugadores, habiendo salido ya a la palestra, por ejemplo, el nombre de Rafa Alkorta. No considero que una visión endogámica de la situación de la cantera y el funcionamiento de Lezama sea la mejor opción ahora mismo para llevar a cabo una revisión y actualización del modelo, si bien ello no significa que desdeñe y descarte conocer la opinión de personas que han estado vinculadas al Club en el pasado, pero ello unido a esa necesaria visión externa que considero imprescindible. No debemos caer en la trampa de que somos los que más sabemos. Sabemos mucho, sí. Nuestra histórica trayectoria nos avala, pero también hay otros que ostentan conocimientos que nos pueden aportar para mejorar.

Los clubes convenidos también son “Lezama”. Resultados vs Formación.

La cantera del Athletic no se circunscribe únicamente a Lezama sino que también forman parte de ella todos y cada uno de los clubes convenidos, y muy especialmente los bizkainos, por lo que si es una necesidad imperiosa que en Lezama estén los mejores formadores/as, así mismo resulta absolutamente imprescindible que en los clubes convenidos sus entrenadores/as estén lo mejor preparados que sea posible y que cuenten igualmente con los mejores medios materiales, y aquí el apoyo del Athletic se torna muy necesario, siendo éste uno de los puntos clave que necesita de estudio y valoración para su mejora. Una mejor formación de los entrenadores/as y jugador@s de los clubes redundará sin duda en una mejora de la competición de las diferentes ligas y así mismo en que quienes sean captad@s para el Athletic de esos clubes lleguen a Lezama mucho mejor formad@s. De la calidad sale la calidad.

A este respecto señalar la problemática existente con los clubes, los cuales, a diferencia de lo que sucede en Lezama, tienen como objetivo prioritario o mantener las categorías o lograr ascensos de categorías con los diferentes equipos del club, y no tanto el de formar jugadores, es decir, prima el resultado numérico (ganar partidos y “clasificación amigo”) sobre la formación (mejora del jugador), sobre todo a partir de categoría cadete (14 a 16 años), que es la primera categoría de futbol federado.

Ello significa que a partir de los 14 años se prioriza la preparación de l@s jugadores/as física y tácticamente para ganar partidos (sistemas de juego, posicionamientos, coberturas, ayudas, etc.) sobre la mejora formativa de los mism@s y corrección de carencias (toma de decisiones, uso del pie no dominante, juego de espaldas, juego de cabeza, etc.) lo que va en detrimento de la calidad individual de l@s jugador@s, más allá de sus propias cualidades innatas, lo que tiene como consecuencia que aquell@s que son captados para Lezama tengan muchas carencias que luego hay que corregir (algunos vicios adquiridos no se acaban de corregir nunca).

Además, dentro de esta dinámica de priorizar el resultado y del modelo de cantera auspiciado, o cuando menos consentido y conocido por el Athletic, existe la práctica “depredadora” entre Clubes. El trasvase de jugador@s, incluso en edades muy tempranas (benjamín, alevín), de un club a otro, por medio de convencimiento a sus progenitores de las bonanzas de cambiar de club, con el objetivo de formar “equipos ganadores”, lo cual entiendo provoca la falta de competitividad en las diferentes ligas de las categorías de formación (salvo raras excepciones, en las divisiones más altas siempre se repiten los mismos nombres de clubes).  

Conclusión  

No cabe duda que Lezama ha mejorado mucho en los últimos 20 años en medios humanos (preparadores físicos, fisios, médicos, psicólogos, nutricionistas, etc…) y materiales (nuevas infraestructuras acometidas, sobre todo, estos últimos 7 años), pero, según mi criterio, nos estamos quedando atrás en lo más importante, el aspecto deportivo.

El modelo de cantera ha funcionado en el pasado, pero de unos años a esta parte se observa como el mismo empieza a presentar carencias. Se ha quedado obsoleto en muchos aspectos y necesita una profunda revisión, por lo que considero que sería necesario realizar una “auditoria” externa del trabajo que se realiza en Lezama (cómo se seleccionan y captan tanto l@s formadores/as como l@s jugador@s) y del modelo de cantera en cuanto a las relaciones con los clubes convenidos y del trabajo que se hace en éstos.

Por Gontzal Sever, abogado y socio compromisario del Athletic Club