El rol de los centrocampistas en el Athletic de Garitano
El Athletic Club ha experimentado un cambio radical en su propuesta con la llegada de Garitano. Si con Berizzo se apostaba por tener el balón, con Garitano se ha pasado a un estilo mucho más directo. En él, los jugadores que ocupan el centro del campo por detrás del mediapunta tienen unas funciones muy concretas y muy diferentes a las que planteaba el sistema del argentino.
A la órdenes de Berizzo, los pivotes tenían mucha presencia en el juego de ataque. Por ellos pasaba el esférico en multitud de ocasiones como paso previo a que este llegase al engranaje del equipo, que no era otro que Iker Muniain. Garitano lo ha simplificado todo, haciendo de la colocación y de la intensidad la mayor virtud del equipo.
En el Athletic de Garitano, la labor de los centrocampistas es principalmente la de llevar a cabo el trabajo "sucio". Tanto Dani García, como Beñat o San José cuando juega, deben centrarse en recoger las segundas jugadas y en saltar a por el jugador rival cuando este recibe el balón.
En ataque, su trabajo es el de hacer llegar el balón a los costados de la manera más directa posible. Es allí donde entre el lateral y el extremo deben generar ventaja para acabar con un envío al área buscando a Raúl García o Iñaki Williams.
En ocasiones y en función del rival, Beñat puede tener más presencia en el juego e incluso adelantarse varios metros para llegar cerca del área rival. Todo esto con Dani García en un rol más posicional, guardando el sitio para cortar cualquier atisbo de contra rival.
Este sistema hace que los futbolistas de la medular luzcan menos, pero el trabajo que realizan resulta fundamental para mantener la solidez del conjunto y así poder estar bien ordenados la mayoría de las veces. Esto se refleja en que sólo recibe 9,22 remates por partido.