Con el control no basta, queremos Rock And Roll
Aprovechando el parón liguero por los partidos clasificatorios para la Euro 2020, mi buen amigo Asís Martín me pide algunas reflexiones acerca de la marcha liguera del Athletic Club. Y solo se me ocurren dos palabras para definir la actual situación: calma chicha.
Tenemos al equipo en una buena clasificación, séptimo con 12 puntos en LaLiga Santander, al acecho de las plazas europeas, lo que a priori debería generar una buena ola. Y, sin embargo, tras dos derrotas consecutivas, la afición anda con la mosca detrás de la oreja.
Estos dos encuentros, de un nivel bastante bajo, sobre todo el segundo frente al Celta de Vigo, han servido para generar desconfianza en la parroquia rojiblanca, cuando a priori, vista la trayectoria del míster Garitano, debía tener mucho más crédito. Pero las pobrísimas prestaciones del equipo en Vigo, sin generar apenas ocasiones, con un fútbol muy plano y sin capacidad de reacción tras encajar un gol, ha derivado en unas sensaciones de inquietud.
No seríamos justos si sólo analizamos la labor de Gaizka Garitano por este último partido, que si bien fue terrible, no era más que la peor versión del fútbol control que pretende el míster
El juego del equipo, sobre todo fuera de casa, tiene un amplio margen de mejora. Una escuadra muy timorata, siempre a la espera, sin creación en la medular, y sin llegada arriba no colma las expectativas de los socios y aficionados. Todos queremos ver a ese equipo sólido atrás, con presión elevada y siempre solidario, pero también con salidas verticales y llegada, aprovechando el balón parado como merece. Y eso no se está dando. La versión visitante tiene mucho margen de mejora, y los deseos de la afición van por ahí. Podemos perder, pero no con esos petardazos.
Pero en el ideario de Garitano, la palabra “CONTROL” está con mayúsculas y subrayada. Y ahí está el dilema. Ha probado distintas combinaciones en la pareja del centro del campo, con Dani García de fijo, pero ninguna le ha satisfecho plenamente. Tampoco el encaje de Iker Muniain en las distintas posiciones ofensivas ha derivado en un rendimiento aceptable. Su papel ha sido muy discreto, al igual que el de Williams en la función de ariete.
El míster de Derio no ha encontrado ese lanzador al espacio libre para aprovechar la velocidad del delantero pamplonés, y eso le ha penalizado en exceso. Solo Raúl Garcia, Iñigo Martinez, de los veteranos, y Ander Capa, Unai Simón y Yeray, entre los más jóvenes, han mantenido un buen nivel en este arranque.
Entiendo que no hay motivo excesivo para la preocupación, pero sí que hay que corregir algunas cosas, dar un paso adelante en la ambición del equipo para crecer fuera de casa, manteniendo el fortín casi inexpugnable en San Mamés, para recuperar dicha confianza.
Esos ajustes pueden venir solo desde la plantilla actual y Lezama, al menos hasta el mercado de invierno. Destacan algunos nombres, como el de Oihan Sancet, la gran esperanza rojiblanca, quien reclama más minutos, y de Gaizka Larrazabal, que ha aportado verticalidad siempre que ha jugado. Merecen más oportunidades.
Y sin me apuran, otros jugadores que son una incógnita, como es Ganea, visto lo visto en el triangular amistoso de Barakaldo, podría aportar profundidad en una banda izquierda que cojea ostensiblemente, y aún más tras la lesión de Yuri. ¿Por qué no probar?
Lo que está claro que algo habrá que hacer para recuperar el optimismo perdido en San Mamés tras el efímero liderazgo disfrutado. Igual no ganamos la Liga, pero queremos ver la mejor versión posible de este equipo, en modo rock and roll, que es lo que ha hecho recuperar la sonrisa y la asistencia al campo. Salir sonrientes y orgullosos de este nuestro equipo, verle competir contra el rival que sea, a veces victorioso, otras vencidos, pero nunca derrotados. Hay tiempo de sobra.
Esperemos que nada extradeportivo distraiga al equipo para competir al máximo nivel en los próximos partidos, con el del Valladolid en el horizonte, con una asamblea de compromisarios en la que no sabemos el viento que soplará. No necesitamos tormentas internas, sino calma para llevarla nave a buen puerto. Ojalá sea así.
¡Aupa Athletic!
Por Borja Conde, socio del Athletic Club y contertulio de Telebilbao