Kenan Kodro, de arma arrojadiza a ‘9’ resolutivo
Los hijos de futbolistas de renombre siempre tienen que convivir con las comparaciones con sus padres. Esto no suele ser agradable para unos jóvenes que solo buscan seguir su propio camino. Es el caso de Kenan Kodro, un delantero que tiene que cargar con el peso de su apellido, pero al que en el Athletic Club se le añadió el hecho de ser utilizado por algunos para atizar al nuevo presidente, Aitor Elizegi, y al director deportivo, Rafa Alkorta, por su sorprendente fichaje proveniente del Copenhague danés.
Allí le llegó la oportunidad de fichar por el equipo de San Mamés y Kenan no se lo pensó. Firmó en enero de 2019 para ser una alternativa en la delantera vasca ante los problemas físicos de Aritz Aduriz. Tampoco tuvo un gran protagonismo, pero dejó buenos detalles cuando estuvo sobre el verde, estrenándose como goleador frente al Atlético de Madrid. El comienzo de la nueva temporada no mejoró su situación, aunque las lesiones de sus compañeros, como Iker Muniain, le brindaron un hueco que aprovechó anotando el tanto de la victoria ante su querido CA Osasuna.
Kenan Kodro, objeto del dichoso 'runrún'
Su fichaje no convenció de entrada a parte de la afición del Athletic. Dudaban de su nivel, de su bajo precio y de su salario rasante, no le habían visto ni jugar. Aún así, Kenan Kodro sigue dando pasos para triunfar como león apostando por su propio camino en el fútbol profesional. Ante el Intercity de Sant Joan, en copa, volvió a marcar poco después de salir al campo en Elche, forzó un penalti y lo anotó él mismo, con lo que su ratio de goles por minutos jugados sigue siendo el mejor del equipo rojiblanco.
Callado, trabajador, sin poner excusas ni quejas, casi siempre pegado a Raúl García en Lezama, el bosnio donostiarra avanza ganándose cada vez más un puesto para ayudar en un ataque con poco gol. Desde fuera da la sensación de que está bastante más hecho que su principal contrincante, Asier Villalibre.
Gaizka Garitano le alaba siempre que se le pregunta por él. Esperemos que cada vez pueda añadir más dianas a su producción en Bilbao, y que el runrún sobre su persona se acabe apagando como tantos fuegos artificiales.
