Los que mean Napalm

No sé si, como dicen algunos, Gaizka Garitano tiene los jardines de Versalles en el trasero, pero lo que sí es cierto es que la competitividad del Athletic Club en esta edición de la Copa del Rey ha estado más a prueba de bombas que el Atolón Bikini. Al menos en cuatro de las seis eliminatorias ha estado prácticamente dado por muerto. Ante Elche, Tenerife, FC Barcelona y Granada CF parecía que la eliminación era el rumbo irreversible de la gabarra Athletic, tal y como iba en abril de 1912 el Titanic directo a por el iceberg.

Pero lo cierto es que los leones han sobrevivido a cada matchball como si fueran el robot de Terminator. Ese que cada vez que parecía liquidado volvía a levantarse del suelo. Aunque al final fuera tan solo con la garra metálica o, en este caso, el zarpazo de Yuri Berchiche.

Dentro de las muchas cosas que podremos debatir y pensar de aquí hasta el 18 de abril, esos largos 40 días, coronavirus aparte, un aspecto que me ha llamado la atención es el de la competitividad precisamente.

Gaizka Garitano hablaba en el previo de un partido de que afrontaban “un encuentro para futbolistas”. Una frase que va más allá de las condiciones técnicas y físicas que posee un deportista. Se trata de ese plus, ese gen competitivo que poseen los grandes depredadores en cualquier tipo de especialidad deportiva.

El partido ante la Real Sociedad va a ir mucho por ahí. Nadie minusvalora la calidad ofensiva de los de Imanol con los Merino, Odegaard, Januzaj, Isak, Oyarzabal,... Luego habrá que plantear un partido que minimice sus virtudes y maximice las del Athletic.

Unos le llaman carácter ganador y otros, directamente, instinto asesino. El ‘killer instinct” de los americanos.

En esta sufrida copa queda claro que entre los leones actuales, por ese ADN, destacan tres, Yuri Berchiche, Iñigo Martínez y Raúl García. Aduriz también, pero le dejo concentrarse en acabar sacando la gabarra con un gol suyo.

Dos de ellos formados y crecidos lejos de Lezama, y otro que tuvo que hacer las maletas para volver siendo un peso pesado. Son, como decía Clint Eastwood en ‘El sargento de hierro’ de esos que mean Napalm y escupen alambre de espino.

Tengo la duda de si el carácter vía psicólogos, consejos, sofrología, etc… se puede inculcar, pero añoro el hecho de que en breve vuelva a liderar el colmillo de la plantilla alguien hecho al 100×100 en la casa. Entiendo que algunos cambios realizados en Lezama, como la llegada de gente como Patxi Salinas van por esa vía. Esperamos a nuestro Elegido.