Harto del coronavirus y de la estupidez de la gente

Puede que no sea el momento pero como oí el otro día a un médico, si entiendo que mi padre no está siendo bien tratado por el medico cambio de medico antes de que se muera. Pues bien, es el momento de poner los puntos sobre las íes con esto del coronavirus. Habrá gente que esté de acuerdo con lo que voy a decir y otros no. No importa. Hoy en 'El Aguijón', en general, voy a hablar poco de deporte.

Estoy harto de la ceguera de la gente. Hay colectivos para mil chorradas pero la gente no se está enterando de lo que verdaderamente importa. Nos dicen cómo tenemos que vivir y, lo peor, cómo tenemos que pensar.

Han convencido a los jóvenes de que tienen que ser guapos y cachas, que la ropa es muy importante, depilarse, nos limitan la velocidad de los coches hasta el punto que no podemos salir de casa sin traernos al menos una multa. Multa que puede que nos deje sin dinero para acabar el mes con dignidad, eso si no te vienes sin algunos puntos a pesar de que intentes por todos los medios respetar las señales.

Hay que llevar un copiloto solo para controlar las infinitas señales y cámaras que existen. Todo porque todo el mundo tiene carnet y no debiera. No podemos conducir y beber, no beber algo no, NADA. Esto ha supuesto cierre de localidades enteras y pérdidas de puestos de trabajo. ¿Vacaciones?, que alguien me explique cómo veranear y disfrutar de una comida y sobremesa sin conducir después. Por supuesto no hablo de que no se limite el alcohol y la conducción, pero que se limite, media botella de vino.

Más claro no se puede hablar. Nos dicen lo que tenemos que comer y beber, limitan el azúcar y la sal en los alimentos, han bajado el nivel de colesterol admisible, pero se admiten los transgénicos. No podemos ir a cenar un jueves con nuestros amigos porque el metro cierra a las once y el taxi cuesta 25 euros, así que tenemos que quedarnos en casa porque no todos vivimos en el centro. Nos dicen el color de moda de este año, los telediarios solo hablan de deportes, del tiempo y de desgracias,... ¿Por qué?

Debemos ser empleados de los bancos porque no ganan suficiente y hacer nosotros su trabajo y si se arruinan los salvamos nosotros. Las policías municipales o de las comunidades nos tratan a hostia limpia, los funcionarios son ciudadanos de primera y los demás, sobre todo los autónomos, tenemos que darles de comer y no ponernos enfermos mientas que ellos tienen permisos para todo.

Ahora dicen que la peatonalización de las ciudades es algo imparable cuando lo que consiguen es incomodidad para los que viven en ellas y para los que las visitan. Es un problema dejar a tu madre cerca de su portal, hacer un traslado de casa, los repartidores viven estresados hasta enfermar y los policías no ayudan.

Lo que único que persiguen con eliminar los coches no es lo que la gente cree, sino obligarnos a depender cada vez mas de ellos; así podrán marcarnos mejor los horarios de entrar y salir de trabajar o de cuando empezar y acabar de divertirnos y donde.

¿Es que la gente no lo ve?

El fútbol poner los partidos en función de la venta por televisión. A las dos de la tarde. Separa familias e impide divertirse de otra manera y la gente se queja pero no actúa. ¡Dejad de ir al futbol, coño! La final de Copa se ha vendido a Sevilla cuatro años si no me equivoco. Este año dos equipos vascos tienen que desplazarse mil kilómetros para disputarla. ¿Qué sentido tiene? DINERO.

La supercopa ha sido vendida a los árabes ¿Por? Por DINERO. Y ¿a quién beneficia ese dinero? A los jugadores, que como pago ven invadida su intimidad, a presidentes, a representantes de jugadores y otros pero a los socios, aunque no en el Athletic Club, les suben las cuotas todos los años. Y la gente no hace nada.

La moda es hablar mal, no leer, llevar tatuajes y piercings, viajar sin ver y sin aprender, sacar fotos, miles sin disfrutar lo que se tiene delante. La gente no se está enterando que somos un puto experimento. Hay menos libertad de expresión que nunca, ¡que nunca! Todas las medidas que poco a poco se van implantando limitan nuestra libertad y los políticos de cada nación son tan ciegos como nosotros sus empleados.

¿Es que nadie va a levantar la voz? ¿Están todos ciegos como en el libro de Saramago? No somos seres humanos, somos corderitos, rebaños de corderos que nos llevan al matadero. Si hay que hacer leyes, si hay que prohibir algo deberán ser solo los extremos no lo general. Debemos rebelarnos ya, mañana es tarde.