La final de Copa Athletic-Real bajo los 'caciques' del fútbol

Una vez más la UEFA impone un criterio que nadie entiende. Según estos políticos del fútbol la plaza europea que falta se otorgará al séptimo clasificado de LaLiga Santander. Una Liga inacabada llevaría recompensa en lugar de premiar al finalista de un trofeo tan prestigioso como la Copa del Rey. Esto obligaría al Athletic Club a jugar sin público la final de la copa y a ganarla para poder disputar la Europa League. Parece mentira que los rectores del fútbol actúen tan mal como lo están haciendo los dirigentes políticos en la actual crisis sanitaria.

Los señores de la UEFA parece que hace mucho demasiado tiempo que fueron niños, tanto que se les ha debido olvidar la ilusión que supone para ellos poder llegar a disfrutar de una final de copa del rey. Más aún en el caso de la Real Sociedad cuya última final fue hace ni más ni menos que treinta y dos años si no me equivoco.

Tenía catorce años cuando mi padre me llevó a Madrid a ver la final contra el Castellón, aquella en la que después de finalizado el partido los aficionados saltaron pacíficamente al campo a saludar a sus jugadores y disfrutar eufóricos del triunfo y la Policía Nacional decidió estropear la fiesta atacándoles a porrazos.

Había ido al campo con una bandera del Athletic que hasta ese momento ondeaba orgulloso. Acabado todo, al salir del campo mi padre me preguntó por la bandera y le dije que se me había olvidado en el campo por los nervios. Era mentira, de la rabia contenida por la actuación de la policía había roto el palo pero no se lo quise decir.

Esa noche, la cena, los cánticos el viaje de vuelta fue todo inolvidable. Esos días previos a la final, el viaje en coche con las banderas desplegadas por las ventanillas (antes se podía), la noche de nervios previa al partido, noventa minutos intensos… todo esto queda grabado para siempre en la mente de un niño o joven.

Ahora los políticos de la UEFA han decidido que se juegue la final a puerta cerrada privando a toda una generación de niños y jóvenes de disfrutar de un sueño. Un sueño que a lo mejor no van a volver a tener oportunidad de ver en toda su vida y si lo hacen será con otros ojos no con los de un niño que idealiza esos momentos para siempre. Sueños que se ven ninguneados por los que dirigen el fútbol solamente guiados por el dinero y no por el corazón.

La final de la Copa del Rey se tiene que jugar con público y con toda la afición en las calles sea cuando sea, como si hay que jugarla en el 2022. Y el finalista debería disponer de la plaza europea por el mero hecho de que es más sencillo obtener la plaza contra un solo contrincante que el séptimo clasificado actual que puede tener que vérselas con varios equipos para conseguirla en lo queda de temporada.

Creo que va siendo hora de que los aficionados expresen su malestar y su disconformidad hacia esta decisión. No se cual es el camino ni la mejor forma de hacerlo pero cuando algo se quiere hay que pelearlo.