Cuéntame un cuento, Athletic
Tras vencer [2-0] al RCD Mallorca, el Athletic Club dormía líder. Y como "Athletic gu gara", nadie pudo impedir que los 'Athleticzales' tuviéramos dulces sueños. Este partido, sin embargo, no se habría podido ganar en el pasado ejercicio [2020-2021], aún habiéndose anotado los dos goles que subieron al marcador. Porque el Mallorca habría conseguido otros tantos, ¡malditos empates!, e incluso habría alcanzado la victoria con un tercer gol.
Y si se dice que el Athletic no le habría ganado al equipo bermellón es, simple y llanamente, porque ello habría supuesto encadenar dos victorias, circunstancia que no se dio. Esta temporada, sin embargo, se ha producido a las primeras de cambio.
Han bastado cuatro jornadas para que, después de cuarenta y siete acumuladas, el Athletic haya sido capaz de ganar dos partidos seguidos...
Toda una 'proeza'. No es para menos. Romper hábitos tan arraigados cuesta lo suyo. Gano, empato; gano, pierdo; empato, empato, empato: "Estoy atolondrado luego de tanto empate", llegó a manifestar Marcelino García Toral en una comparecencia ante los 'medios' tras el 'enésimo'.
Ilusionado, sin embargo, muy contento, tras empatar sin goles en el Martínez Valero, igualar [1-1] en San Mamés ante el FC Barcelona en un encuentro soberbio, superar [0-1] al Celta de Vigo en medio del áspero fragor de Balaidos. Llegaba a la Catedral el RCD Mallorca 'de Ruiz de Galarreta'. Debería ser el momento. Y lo fue. ¡Qué noche la de aquel día!
El cronista reconoce que no había visto jugar al cuadro balear...
Sus números, sin embargo, lo avalaban. Invicto luego de dos victorias y un empate. Un hueso duro de roer parecía. Incluso para los afilados colmillos de los leones. Que era hueso y que era duro lo sintió el Athletic ya de inicio. Tras un arranque fuerte. Luego de intentar morder antes de que fuera mordido. Grupo sólido. Dinámico. Atrevido. Ante el que el Athletic no cedía en ningún momento.
Era un 'nor baino nor'. Una suerte de pulso de manos y brazos fuertes sobre el tapete de San Mamés. Un reto de 'soka-tira' en toda regla, en el que no se trataba tanto de arrastrar como de aguantar tirones de mucha envergadura. Paciencia, pues. Mantenerse vivo. Habrá un momento. Llegará. Se trata de estar preparados, y, sobre todo, atentos, para ser el primero en dar. Porque "el que da primero, da dos veces". Escrito estaba. Promesa flotando en el aire de San Mamés.
Primera parte intensa. Plagada de disputas. Igualadas, en su mayoría. El partido parecía parejo. Y sin embargo, motivo ello de análisis más concienzudos, había sido el Athletic el que más cerca del gol había estado. Una, dos, tres, y hasta en cuatro ocasiones se citaron los leones en la antesala del gol. Y como es costumbre arraigada desde que Marcelino se puso al mando de la 'Gabarra', el equipo, en defensa, concedía muy poco, más bien nada.
Un Athletic sin máculas...
Y como desde el inicio de curso, a la 'chavaleria' de García Toral le ha dado por no cometer errores 'groseros' en defensa, de esos 'no forzados' que te desbaratan el plan mejor urdido para salir vencedores, el ataque rival no es capaz de incomodar a la defensa bilbaína. Una zaga, por cierto, del todo atípica. Una línea de cuatro que, de no haber mediado lesiones y contratiempos varios, y obviando al 'kaiser' Iñigo Martínez, sería tachada no ya de 'reservas empedernidos', sino de futbolistas en la casilla de salida del Club.
Sucede que, entre 'lo de Capa' y las recaídas de De Marcos, Lekue ha vuelto del 'más allá' para hacerse con el lateral derecho. Balenziaga, uno de los jugadores más 'vejados' en las redes sociales, le está solucionando a Marcelino el papelón que le montaron los médicos al no abordar a su debido tiempo la 'avería' de Yuri Berchiche.
Hasta tal punto le está tapando la vía de agua del lateral zurdo, que uno no hace sino escuchar aquellos elogios de Valverde que le llegan del pasado: "Balenziaga, para nosotros, es una joya, con corona y todo".
A Lekue y 'Balen' se le ha sumado un tipo duro y descarado, Daniel Vivian, el central que 'vino del frio', un futbolista que, de asentarse en su juego, le habría cerrado el camino de regreso a Yeray Álvarez, y taponado para siempre la entrada al once de Unai Nuñez.
Continuaba envalentonado el cuadro bermellón cuando el partido se iba más allá del cuarto de hora del segundo acto. Nadie daba su brazo a torcer. En el 62', Marcelino le dio a probar a los suyos el 'elixir de la juventud'. La entrada al partido de Villalibre, Zarraga y Nico Williams habría de ser interpretada por Luis García Plaza como una señal de impotencia y ansiedad. En elogios, también, habría de deshacerse el técnico madrileño al final de la partida: "Son tan intensos, tan rápidos, tan verticales, que cuesta frenar sus arreones".
Y matizó: "Tantas son sus ganas de alcanzar nuestra portería que, cuando atacan, evitan a Dani García y Vencedor, como si en el centro del campo no tuvieran una estación en la que reposar su fútbol y reponer la gasolina gastada". Laterales. Bandas. Y, en especial, "la baza de Williams, al que buscan con obsesión, ese hombre capaz de correr a los desmarques de ruptura cincuenta veces en diez minutos".
Tal vez no fueran suyas de manera literal estas palabras. Pero cierto es que, cuando dijo que "se saltan el centro del campo", entendí que Dani García y Vencedor son dos piezas que Marcelino utiliza para el corta y rasga del ataque y muros de contención a la hora de defender. Se entiende, pues, que Unai López fuera un 'guiñol' que no le servía. Que el juego de Iñigo Vicente le espante. Que Mikel Vesga tenga los 'minutos contados'.
Y a todo esto, como si el gol resultara una quimera. Utopía. Hasta que llegó el momento literario del partido. 'Conversaciones en La Catedral'. Previas. Muniain y Vivian ya lo tenían hablado. De lo contrario, no se entiende la sincronización entre el lanzador de la falta y la salida al espacio del rematador. Entre Reina y Vivian, un balón muy tocadito, con leve rosca. El central gasteiztarra lo atacó decidido, lo cabeceó con estilo. Técnica y sutileza. "Esto es lo que faltaba para que saliera el sol", debió musitar este central que ha irrumpido bárbaro en el once de Marcelino.
Cinco minutos después, el mismo jugador que había visto golear al compañero al que había asistido peleó por un balón hasta robarlo, luego de haber hecho "presión en bloque alto", como diría su entrenador, Marcelino. Se fue hasta la línea de fondo Iker Muniain. Desde ella sirvió en diagonal atisbando la llegada de Iñaki Williams. El 'Usain Bolt' de Marcelino'.
A duras penas. A trancas y barrancas. El único recurso a su alcance: estirar la pierna derecha para contactar con el balón mediante la 'punterita'. 'Llorando' superó el balón la línea que se pinta bajo el travesaño. El [2-0] parecía una distancia inalcanzable para el RCD Mallorca. Y lo fue. Porque el Athletic, a lo suyo, sin olvidarse del ataque, siguió defendiendo hasta rozar la perfección.
Cuando Nico Serrano saltó al campo, Iker Muniain se acercó hasta él para asociarse en divertimento. Se trataba de que la gente disfrutara de la técnica exquisita del zurdo navarro de 18 años. Unai Simón. Dani Vivian. Vencedor. Nico Williams. Zarraga. Nico Serrano. El Athletic del futuro se había hecho presente sobre el verde de San Mamés.
["Cuéntame un cuento / Que todavía no es tarde / Cuéntame un cuento / Que la noche está que arde". Celtas Cortos]
Puestos a opinar, me gusta más la dupla Vesga-Zarraga.
Y tanto, cenizo no,lo siguiente
Y tanto cenizo no,lo siguiente
Eres un cenizo insuperable. Cambia ya de foro!!! Tú sí que tienes cuento. Reki, reki, reki....
Marcelino cuentista, cómo acabará tu cuento?
Los cuentos cuentos son