El atropello del Camp Nou y la derrota en Mallorca dan nuevo valor al derbi

No es el momento de rajarse, más ahora que hay que ganar el derbi vasco casi por necesidad. El patinazo del Athletic Club este lunes en las islas Baleares ante el RCD Mallorca hizo daño. No se esperaba que el conjunto vizcaíno diera una imagen tan floja y en algunos momentos, cosa que hasta Marcelino reflejó, penosa, por no decir patética. Es algo que suele pasar.

El conjunto de San Mamés está acostumbrado a pegarse un tiro en el pie cuando las cosas le vienen de cara. La tercera victoria consecutiva le hubiera puesto a un punto de la Real Sociedad a la espera del derbi de este domingo en la Catedral. Pero hay que saber mirar más allá que quejarse de las rotaciones cuando se pierde o aplaudir el fondo de armario cuando se gana con permutas.

Y ese más allá no es otro que tratar de llegar a la final de la Copa del Rey, que este año se disputará el 23 de abril en la Cartuja de Sevilla con un factor primordial: esta vez si habrá público.

Tras el titubeante partido de ida ante el Valencia CF en la semifinal, los ches se ven ahora como favoritos, pese al ligero cambio de hora y día de su partido en Mallorca (lo que no iguala al 100% las condiciones) y otros nos aferramos al alto nivel en esta temporada del Athletic lejos de Bilbao.

Pero partidos como el de ayer desde luego no contribuyen a la tranquilidad, aunque evidentemente con el once de gala seguramente se darán otras prestaciones, tanto en defensa, con Iñigo Martínez, como en el ataque.

Pero sí quería hacer hincapié en un aspecto que es muy importante para Marcelino.

Que es el hecho de que el Athletic tenga una vocación ganadora y un hambre de crecimiento. Recuerden que el año pasado el equipo no dio pie con bola en LaLiga Santander antes de encarar las dos finales de copa ante los donostiarras y el FC Barcelona. No hace falta recordar cómo salieron las cosas en Sevilla.

Tras perder en Mallorca ahora hay que enfrentarse precisamente, los dos próximos domingos, a esos dos poderosos equipos. A nadie se le escapa que no sería un porvenir nada halagüeño presentarse en Mestalla sin dar otro rendimiento y con 0 o con 1 de 9 puntos.

El papelón de 2021 es un buen aviso de que cuando quieres ganar en una fecha determinada igual la maquinaria, víctima del óxido, se atasca.

Partiendo del hecho de que ya se ha perdido en Mallorca y de que debido a la falta de descanso (por el capricho de LaLiga) el duelo del Camp Nou se da casi por amortizado con un Plan B, eso hace que el derbi vasco ante los donostiarras adquiera un valor especial. Todo lo que no sea ganar puede cerrar un camino a Europa y provocar temblor de piernas cuando toque visitar a los de Bordalás, también, con la obligación de vencer sí o sí.