El Athletic tiene futbolistas que necesitan seguir creciendo
El primer apunte de este partido debe estar dedicado a la afición del Athletic Club, el Coliseum Alfonso Pérez por momentos sonaba como Lezama un partido de sábado tarde, falta este reconocimiento en LaLiga Santander, sería una especie de bufanda de oro para los aficionados mas fieles con sus equipos cuando compiten lejos de casa.
Ernesto Valverde suele leer bien los partidos, desde una sinceridad siempre prudente: “No ha sido nuestro mejor partido, ha sido el más áspero de la temporada“. Para limar una aspereza que todos adivinaban en las previas esta vez hubo novedades en la alineación y en el dibujo.
Los dos pivotes delante de la defensa intentaron fusionar las líneas y ganar posesiones por dentro, la velocidad de los Williams crea espacios entre el rival y a la vez entre compañeros, cuesta seguir el ritmo que imponen los dos hermanos.
Los rojiblancos consiguieron agruparse únicamente por detrás de la pelota, casi nunca ocuparon en bloque campo contrario, sorprendía la cadeneta del Athletic a lo largo del terreno de juego. Txingurri en más de una ocasión pidió al equipo adelantar y juntar líneas.
No es fácil ver al entrenador rojiblanco hacer tres cambios en el minuto 55, las salidas de Muniain, De Marcos y Sancet hablan de la trascendencia de la intervención, recuperando su propuesta de banda izquierda del inicio de temporada con Yuri y Berenguer.
El resultado fue inmediato, Nico rompió de nuevo la cintura de su maltrecho lateral amonestado, balón al centro, tenso, para que Raúl García, el tercer relevo, se adelante a todos con un toque exquisito, preciso, malabarista, no era fácil que su tobillo invirtiera el giro de la pelota lejos del alcance, a la derecha del portero azulón.
De nuevo por delante en el marcador, quizás no en el juego, 1-2 transcurrida una hora del partido, faltaba el último tercio del duelo. Convivir con el vértigo es una parte del contrato para acercarte a la victoria, la gestión de los marcadores a favor es una seña de un equipo maduro, toca perseverar.
Quique respondió desde el banquillo arriesgando y reforzando la línea de ataque, un nuevo balón dividido encontró desorden y espacios, el recién salido Munir recuperó las tablas demasiado pronto. El Getafe mantuvo su personalidad a pesar de trabajar y picar piedra muchos minutos con el marcador en contra.
El Club azulón desde la dirección de Planes y Flores ha trufado la plantilla con una apuesta de fútbol, Aleña, Milla, Mayoral, Angileri o Munir sin perder capacidad de sacrificio e imprimir carácter al partido. Ángel Torres lleva tiempo trabajando en silencio el medio plazo, sabe el terreno que pisa.
El partido había sido áspero, duro y disputado, sancionado por Munuera que estuvo a la altura de la tensión respirada, reconocer que nunca fue un partido violento. Ambos rivales firmaron un armisticio, habían invertido muchas energías en un buen número de duelos y transiciones, la batalla hace horas ante el Atlético también pasó factura a la tropa de Bilbao.
Toca volver a Lezama, recuperar oxígeno y dibujo, seguro que FC Barcelona y Villarreal CF tienen la piel más suave, menos áspera que los equipos de Sampaoli, Simeone o Flores, los dos rivales acumulan más calidad y más riesgo en los repliegues; a este equipo le queda mucha batería, le gustan estos cruces y tiene futbolistas que necesitan seguir creciendo en este tipo de partidos.
• Por Aitor Elizegi, expresidente del Athletic Club
