Momento vintage en Brick Lane
Londres siempre aporta. La capital británica es una máquina a la hora de crear tendencias que luego se extienden por medio planeta. El estilo londoner supone admitir que todo vale si tiene un sello british. Cerca de la city londinense, en la zona llamada tradicionalmente de White Chapel se enclava una calle que no es una más. Se trata de Brick Lane, epicentro de un barrio con un inconfundible sello vintage y una marcada presencia hindú. De hecho, los rótulos de las esquinas se presentan en inglés y en hindi.
La calle principal da para echar una peonada. Mercados de comida, de ropa, tiendas de música, anticuarios, estudios para tatuajes, grafitis y sobre todo restaurantes de comida india. Todos ofrecen curiosamente un menú al mismo precio, el mismo descuento si es comida para llevar y todos exhiben orgullosos sus premios: mejor restaurante delaño, mejor chef, mejor plato, mejor menú, mejor curry... todos los locales tienen al menos un premio. Y en todos o casi hay un pelma en la puerta que trata de convencerte para que entres a consumir.
En caso de caer, no hay que olvidar castigarse con una buena cerveza Cobra. Se sale.
Mientras, por la calle, pululan un buen número de personajes. El ambiente es cien por cien de Londres, sólo podría darse allí. Los mercados de comida aportan una variedad internacional, aunque con precios sólo aparentemente populares. Lo suyo es llegar a media tarde cuando comienzan las ofertas para dar salida al género del día. Entonces se puede dar uno la gran panzada de comer por cuatro perras.
Pero claro, si uno quiere sentirse londoner en Brick Lane, deberá engullir un beigel. esto es, un bocadillo de carne roja hervida, servido con pan blanco y mostaza. Para los noctámbulos, muchos locales funcionan 24 horas.