'Los Millonarios' vuelven a hacernos ricos

La noche fue interminable. No por la poca calidad de los grupos y sí por la espera entre agrupación y agrupación. Eran las 3:00 y aún no había aparecido la última chirigota en escena. Una temeridad para los madrugadores que se vio recompensada con buenas coplas desde el inicio hasta el final. Todo en una función en la que 'Los Millonarios' volvieron a soltar dos letras majestuosas que le colocan -si no lo estaban ya- como máximo favorito.

El listón se lo había puesto muy alto él mismo. Y aunque no alcanzó el nivel de excelencia de la fase anterior, el autor traía de nuevo dos pasodobles antológicos. Juan Carlos Aragón volvió ayer por donde se fue en cuartos. Va a ser complicado vivir noches de lunes como la que este autor nos ha regalado en las dos últimas semanas. Esta vez lo hacía cantándole a Cádiz de nuevo. Más bien, se puede decir que todos los caminos le llevaron a la Tacita. En el primer pasodoble eligió la ironía para desterrar los encantos de una ciudad hermosa por su envoltorio y destrozada en sus entrañas. Una crítica feroz a la alcaldesa de Cádiz llevada con muchísimo gusto. Despieza las penurias de Cádiz para acabar prometiendo el voto a Teófila por hacer de la ciudad un joya para los millonarios como ellos. Acabar así una crítica desgarradora solo está al alcance de autores como éste. En el segundo, una letra al poco compromiso con la sociedad de los músicos de este país. Las verdades, según él, solo son cantandas en 'Cai'. Otra letra grande. Decía Aragón hace diecinueve años con 'Los Guiris' que en Cádiz los cojones se van en un pasodoble. Entonces criticaba de lo que ayer presumía. En cualquier caso sigue pensando lo mismo. En los cuplés apareció el Juan Carlos guarrón y en el popurrí volvió a deleitarnos con una pieza que cada vez que la escuchas, gusta más. Da la sensación de que la lucha, a estas alturas, es consigo mismo. La única batalla de Juan Carlos en la final será traer dos pasodobles - o uno porque este año se puede repetir- que superen a lo que trajo en cuartos de final. 
 Después del descanso llegaban 'Los Superpop' tras una espera interminable. Incluso se escuchaban pitos en el teatro antes de la actuación. Normal, pasó casi media hora entre el coro y la chirigota. Vienen estos ochenteros a agotar sus últimas coplas para repetir final por tercer año consecutivo. Y lo hacía con dos pasodobles comprometidos. El primero comienza con la caída del muro de Berlín para hablar de los muros que siguen existiendo. Y el segundo a otro muro para la sociedad, la droga. Buena tanda de pasodobles que daban paso a dos cuplés que huelen a final. Vera Luque sigue bordando la parte más importante de una chirigota. El primero al ya famoso cartel de los viajes al Carnaval de Cádiz con botella y preservativos incluídos. No caben en el Carnaval las niñas que vengan a eso, pero en casa de estos chirigoteros tienen sitio. Grande. Y el segundo a Rajoy y Pablo Iglesias. El primero siempre elige tijera, y el otro papel y piedra. Cuplés que valen finales. Ellos ya se han metido. El que quiera ocupar su hueco tendrá que traer dos piezas mejores. El popurrí es lo peor del repertorio, es más, cada vez hace menos gracia. Pero el nivel de cuplés que este hombre ha traído este año es bestial. Sería muy raro que se quedaran fuera.
 También volvieron a gustar 'Los Tragedias'. Un homenaje a la pregonera y un crítica los que se esconder detrás de las redes sociales eran las letras de dos buenos pasodobles. El popurrí volvió a ser dinámico y muy entretenido. Gran chirigota la de los niños del Barrio. 'La Comparsa Rosa' cantó un pasodoble comparando a los jóvenes que se marchan de España con los extranjeros que vienen de vacaciones y otro en el que detallan una lección de un padre a un hijo. El tipo sigue sin llegar, y la aparición del cuartetero Pedro se antoja intrascendente. Si lo quitan de escena la comparsa no pierde nada, lo que muestra que no es necesario en el repertorio. Está un poco forzada su participación. Verlos en la final sería muy extraño, sobre todo viendo el nivel con el que llegan las demás. La otra comparsa que actuó fue la de Yona. Una agrupación que ha ido mejorando en cada pase. Ofreció dos grandes pasodobles, el primero a los estereotipos de españoles que existen. Lo de generalizar no convence, pero sí es verdad que el perfil del que hablaban está ahí. Y el segundo es un majestuoso homenaje al comparsista José Rodríguez Chatín, fallecido justo el día antes a los 82 años de edad. Genial la letra y el grupo que lo cantó a la perfección apenas con tiempo para prepararlo.
 Y a las 3:17 de la mañana el Sheriff despertaba al respetable con dos grandes letras. El primero a esos chirigoteros viñeros que coquetean con el 3x4 toda una vida para parir coplas todos los años y el segundo a Andalucía. Grandes letras a la altura de una semifinal. Luego llegaban los cuplés, donde la mayoría de agrupaciones se jugarán el pase. Esta chirigota, como la de Vera, no tiene un popurrí de los grandes, por lo que se lo juegan todo ahí. Pero nada, en la tanda de cuplés bajaron el nivel. Aunque el pasodoble suena a gloria, esta por ver si será suficiente para colarse. 
El cuarteto 'Los Niños de la Mari' mantuvo el nivel y eso ya es noticia. Y los dos coros, tanto el de Pastrana como el de Lucía Pardo, ofrecieron otro pase espectacular. El primero es una realidad desde hace muchos años, el segundo ha sido una de las sorpresas del Carnaval. Uno tiene el pase prácticamente asegurado, al segundo sería bonito verlo en la final.