La Copa del Pito

Un comportamiento propio de niños, en una edad adulta, suele ser un comportamiento propio de gilipollas. Y como esto es un país de gilipollas, los gilipollas están bien dentro de España, da igual que pidan la independencia o la excarcelación de la Pantoja. Para que una proclama soberanista se tome en serio, la proclama también debe serlo. Y eso, hay un porcentaje muy elevado de independentistas que aún no lo ha entendido. No hay cosa que le guste más a un niño y a un tonto que una banderita y un pito. Y más cuando todos tocan el mismo pito, a la misma hora y con las mismas ganas. Primo, ¿tú conoces a alguna persona seria que vaya a un acto público a tocar el pito? Ome, por favó. No obstante, no sé si es peor el que lo toca que el que se enfada, y se tira unas cuantas semanas haciendo del pito un asunto de Estado.

Cuando un niño hace una gamberrada porque es un patoso, o se le ignora o se le castiga, o las dos cosas. Si esta gente hace una gamberrada —que no es más que eso— en la final de la Copa del Largo, El Largo tiene que coger la copa y llevársela: -“Ea, ahora no hay partido; al carajo por ahí los dos”. O si no, cuando vengan Iniesta y Xavi a recoger la copa, que la esconda, les dé un pito a cada uno y les diga: -“Y ahora la copa os la va a dá el chufla éste que está a mi derecha; pero aquí no, en la Fundación Miró. Engapabajo”. Y seguro que ya no pitaban más. Pero para eso hace falta que el Largo eche cojones. Si dejaran el asunto en manos de la Leti, ella sola despachaba el asunto de un tirón. Comité anti-violencia, justicia deportiva, fiscalía... ¿Estamos locos? Que no es un acto terrorista. Que no han puesto una bomba. Que han tocado un pito, joder. Que hacer el gilipollas no es un delito.
En la final de Copa del 2009 ya inauguraron esta pollada. Les dio resultado porque los delirios patrios se vieron muy afectados. Por eso la repiten cada tres años. A ver si le cambian el nombre al torneo. EL BARCELONA SE IMPONE AL ATHLETIC EN LA FINAL DE LA COPA DEL PITO. O en la Copa del Tonto. No por el Borbón, no me malinterpretéis, sino porque detrás de un pito siempre hay un tonto. Y sólo otro tonto —como Artur Más— es capaz de conseguir un orgasmo con una pitada. El filósofo que representó la máxima expresión de la pollada fue Xavi Hernández, cuando dijo que “había sido espectacular y que nos preguntásemos por qué habían pitado”. Lo que yo me pregunto es por qué nos ofende un tonto tocando un pito, y otro más tonto aún empalmándose al oírlo, que hasta su mujer le tuvo que decir: -“Arturito, hijo, te tendré que tocar el pito, porque conmigo no te pones así”.
Sé que me preguntarás, primo, que si defiendo la postura de ignorar al gilipollas, por qué me contradigo dándole vela en este artículo. Y yo te responderé como Xavi, porque también tendré algo de gilipollas, pero prefiero perder un artículo hablando del pito que comentar lo del Cádiz con el Oviedo, que fue lo que de verdad nos tocó el pito a todos los gaditanos. Y seguro que a 38 kilómetros de la capital también hubo muchas y sólidas erecciones. Mejías, vuelve.
JUAN CARLOS ARAGÓN.