Inexplicable derrota de un timorato Cádiz en Reus
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El Cádiz se vuelve de vacío de Reus tras un partido en el que le faltó ambición en el primer periodo. Dispuso de alguna ocasión clara, pero al final perdió por un gol en una acción aislada. El tanto anulado a Güiza en el tramo final no es consuelo para explicar un partido que parecía controlado.
La iniciativa era del Reus en el inicio. El Cádiz presionaba con cierta intensidad en tres cuartos de campo y retrocedía cuando era superado, pero sin dejar que el rival lo metiera en su área. Álvaro Cervera había apostado por el mismo once y las ideas estaban muy claras. Había un plan predeterminado, pero ahora había que llevarlo a la práctica.
El primer acercamiento de los gaditanos llegó a los cinco minutos a través de un lanzamiento lejano de Brian después de la salida de un córner, pero su disparo se fue al lateral de la red. El Reus reaccionaría de inmediato y Ricardo Vaz obligó a Cifuentes a intervenir para detener un disparo que le salió muy centrado. El Cádiz, como en otras ocasiones, no se lo pensaba lo más mínimo para salir apoyado en sus extremos en cuanto que recuperaba la pelota.
El equipo catalán ganaba en el porcentaje de posesión, pero las fuerzas estaban muy igualadas. Las llegadas a las áreas no eran sinónimo de peligro en ningún caso y los primeros diez minutos servían para intuir que el duelo se podría decidir por detalles porque ningún equipo concedía mucho a su oponente. La primera jugada polémica llegaría en el minuto 12, cuando el árbitro no señaló una clara falta a Ortuño al borde del área en una acción en la que se podía plantar solo delante de Badía. Era inevitable acordarse de lo sucedido hace dos semanas en Miranda.
El Reus tenía clara la consigna de buscar las bandas para sacar provecho de sus extremos y de los laterales, que se incorporaban con frecuencia, pero en el Cádiz las ayudas no faltaban y el equipo estaba bien pertrechado en todo momento. En los primeros 20 minutos no aparecía ningún jugador que se saliera de lo normal. Todo era previsible y eso convertía el partido en un espectáculo de escasa calidad.
El Cádiz no pasaba excesivos agobios, pero los centrales cadistas tenían que emplearse para despejar los centros que llegaban, casi siempre desde la izquierda del ataque local. A los de Cervera les faltaba precisión para armar un contragolpe realmente peligroso. Después de una recuperación casi siempre venía un error en el pase o una precipitación, lo que impedía que se vieran llegadas claras de los gaditanos.
Abdullah tenía que aparecer mucho más para que hubiera más criterio en la circulación y también era básico que Eddy aportara algo más desde la mediapunta en el apartado del juego combinativo. Se limitaba a pelear balones por alto, pero no hacía esa labor que necesita el equipo de darle pausa al juego para conectar con los extremos o con Ortuño.
A la media hora se podía decir que estaba siendo un partido simplemente discreto del Cádiz. No estaba concediendo ninguna ocasión al Reus y eso le permitía aspirar a todo, pero estaba muy espeso en la creación y cabía esperar mucho más del equipo. Enfrente estaba un equipo que no parecía gran cosa en ataque, pero que inquietaba con algunas llegadas como la de Vaz en el minuto 39, en la que su disparo se fue alto.
En el primer tiempo hubo muy poco fútbol por ambos bandos. Ninguno daba dos pases seguidos en zonas trascendentes del campo y había que conformarse con disparos como el de Jorge Díaz, que se fue alto por encima de la portería de Cifuentes. El único que se salía del guión era Ortuño, que al filo del descanso dejó solo a Álvaro García tras una jugada excepcional, pero le pitaron un inexistente fuera de juego. Así acabaría un aburrido primer tiempo.
En el arranque de la segunda parte parecía que el Cádiz subía un poco su intensidad ofensiva con un juego más incisivo. Lo que no cambiaba era el arbitraje, ya que a los tres minutos le negaba otra clara falta a Ortuño al borde del área. El delantero cadista, a renglón seguido, tuvo dos ocasiones para adelantar a los suyos. La primera, en una buena jugada personal tras un gran pase de Garrido, pero Badía desvió el balón con el pie cuando ya se cantaba el gol. La segunda, tras rematar un córner en el segundo palo. Era una pesadilla para la defensa catalana.
El equipo cadista había cambiado, ya no era tan plano como en el primer tiempo y le había metido el miedo en el cuerpo a su rival. Badía, a los 55 minutos, tenía que frenar con falta fuera del área a Álvaro, que se plantaba solo en el área tras un buen pase interior. El partido había cambiado. Una falta directa lanzada por Brian en el minuto 59 iba camino de portería, pero tocó en la barrera y acabó en córner. Cada llegada era un serio aviso.
No se puede decir que un empate en Reus sea un mal resultado a priori para el Cádiz en Reus, pero sabiendo de lo que es capaz en ataque este equipo, había que pedir algo más de lo ofrecido en el primer tiempo y parece que Cervera lo hizo en el vestuario porque el equipo parecía otro.
Tras un gran arranque las fuerzas volvieron a igualarse cuando quedaban 20 minutos para el final. Cervera daba entrada a Nico Hidalgo en lugar de Salvi, que no había estado demasiado fino. El Reus ponía el mayor empeño para descifrar el secreto de la defensa cadista, que seguía muy seria y ordenada. El partido entraba en la recta final con dos equipos que no renunciaban a nada, pero ya con pocas fuerzas y escasas ideas para romper el empate.
Cervera apuraba sus últimas opciones dando entrada a Rubén Cruz en lugar de Eddy Silvestre, que nuevamente había pasado inadvertido. Y ocurrió algo inesperado. Un centro sin aparente peligro al área cadista fue cabeceada por Querol y Fran Carbiá, a la media vuelta, ganaba la acción a Servando y hacía el 1-0. No había hecho méritos el Reus para ganar, pero a falta de ocho minutos lo tenía en la mano.
A la desesperada entraba Güiza para remediar los males. Una falta lanzada por el jerezano acabó en gol, pero el árbitro lo anuló por la presunta falta cometida por Ortuño sobre el cancerbero. Una vez más, la sobreprotección a los porteros se antoja excesiva.