Mucha fe en la noche de 'Marte'
La fe del gaditano sale por la garganta de cada profeta, entra por el oído, se aloja en el alma y vuelve a la vida cuando la entona el creyente. Es el proceso de las letras de Carnaval. El transcurso de la fe en las coplas. Fe en que las letras vuelvan a dar escalofríos, en que una melodía despierte del letargo a los infieles o en que el pueblo siga haciendo temblar al poder desde la tablas. Hay que tener mucha fe para peregrinar cada año hasta La Tacita de Plata, y hay que creer mucho para que esta religión gane adeptos venidos hasta desde la órbita planetaria.
Chirigotas
Y desde Marte llegaron varias de las mejores coplas de la noche. Vera Luque llegaba con sus marcianos a confirmar las sensaciones de preliminares. La presentación, lógicamente, pierde ese factor sorpresa del primer día aunque sigue impresionando la puesta en escena. Pasodoble al inmigrante y a las explosiones que Cádiz padeció hace setenta años. Buenas letras. Pero el plato fuerte vendría de nuevo en los cuplés. La chirigota vive de esta parte del repertorio y ahí estos chirigoteros parecen extraterrestres. El primero a las facturas de la luz, mucho mejor el desarrollo con muy buenos golpes que el remate del cuplé en sí. El segundo sobre la relación entre los dirigentes de Podemos. Cuentan que Errejón perdió las primarias porque en su discurso utilizó un cencerro. Cuplé fresco y a la altura de lo que es Vera Luque en esta parcela. El popurrí es la parte donde esta chirigota más ha mejorado respecto a los últimos años. Muchos golpes al tipo durante toda esta última parte y un final de popurrí que es 'punto y amarte'. Actuación redonda de un claro candidato a llevarse el Primer Premio de chirigotas.
La otra chirigota de la noche fue 'Ojú que bochorno'. Desde Écija volvían estas marujas después de ese pase de preliminar donde tan buen sabor dejaron. En su paso por cuartos el grupo volvió a demostrar por qué han llegado hasta esta fase con un popurrí repleto de buenos golpes desde el inicio hasta el final. Bajaron el nivel en los cuplés y eso hace que el sueño de semifinal quede muy lejos. Buenos pasodobles. El primero a la tercera edad y el segundo una crítica llena de ironía a los corruptos que habitan en España. Buena actuación de esta chirigota sevillana, que ni se diluye ni pega lo suficiente para aspirar a más. En cualquier caso, habrá que esperar a ver que ofrecen las demás.
Comparsas
En comparsas actuaban Aragón y Antonio Martín, 'casi na'. El primero trae una comparsa que suena como los ángeles, sin una voz que sobresalga. Mucho gusto en todo el repertorio y alta literatura en la pluma de este mecánico de las letras (dijo hace uno años que trabajaba en el taller de las palabras). Desde 'Los Millonarios' este autor optó por afiliarse a la comparsa melódica, sin estridencias. Qué lejos queda la presentación de 'Los Inmortales'. Y por ahí parece que han encontrado la fórmula que amplía el abanico de seguidores. La presentación suena de maravilla. El primer pasodoble es una joya que Juan Carlos le regala a las abuelas. El segundo es un recorrido por el Cádiz de siempre, con piropo durante y con crítica al final. Dos buenas letras. La pluma en el primero, a otro nivel. En los cuplés aparece el Aragón más canalla. Pedazo de tanda la que trae en cuartos. Recordó a su época dorada chirigotera. El popurrí es una delicia, entre los mejores del concurso. Aunque se entiende todo a la primera, hace falta paladear mucho las letras para sacarle todo el jugo. Gran pase el de esta comparsa. No han pegado un golpe encima de la mesa pero aún queda la semifinal para ver si el autor hace temblar el coliseo como en otros años. Con 'Los Millonarios' el terremoto llegó en cuartos, con 'La Serenissima' en semifinal. No cabe duda de que aún queda tela por cortar.
Y Martín llegó con su apuesta a medias entre el pasado y el presente. La comparsa vuelve loco a los nostálgicos que crecieron con el poeta, pero las letras están un peldaño por detrás de los poemas de los autores del presente. Aunque pobre de aquel que descarte a Martín. Siempre dará guerra hasta el final. La apuesta de este año es arriesgada, pero pareció que en cuartos se asentó más. Primer pasodoble a las mujeres y el segundo a la Caleta. Buenas letras. La segunda es Antoñito en su pura esencia. Popurrí a Cádiz, a Cádiz y a Cádiz. Sin dar vueltas. De forma directa. En Cádiz no hay que morir, en Cádiz hay que vivir. Don Antonio Martín.
También cantaron el coro de Julio Pardo y Paco Martínez Mora. El dueño de la modalidad y el eterno aspirante. Y tuvieron su aparición en escena las comparsas 'Enséñame Cai' y 'El Rinconcito de los milagros', buenas actuaciones de ambas que salvo sorpresa, se quedarán en esta fase.