La Pasión según El Rubio
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Para justificar su agnosticismo he oído a muchos decir eso de “yo creo en Dios a mi manera”. Luego que no se quejen si Dios los salva a la suya…
Queridos hermanos: Dios, no tiene “maneras”. Interpretar a Dios es oficio de los curas, no nuestro. Dios es una apuesta. Una opción digna de respeto mientras sea capaz de mantener la esfera de la absoluta privacidad y no pretenda incluir a ningún otro apostante, mientras no obligue, implique o condene a quien desestime el sentido de la apuesta. No obstante, me resultan más serios aquellos que dicen creer en Dios a la manera impuesta por su cultura. Al fin y al cabo, puestos a creer, el consuelo de la cultura es más efectivo que una metafísica unipersonal, improvisada para la ocasión y rebosante del mismo número de contradicciones que la otra, y que no cuenta siquiera con biblia alguna que la contemple —mitológicamente, claro.
En realidad, creo que a la gente le cuesta demasiado reconocer su ateísmo. Ese es el problema. En el fondo, todos somos ateos, lo que ocurre es que nos negamos a aceptar la muerte como fin, siendo ésta además el único sentido posible para la vida. Terriblemente jodido. Cierto. Pero no hay más. Si la humanidad se limitara a admitir su propia naturaleza, los cuentos para niños no sobrevivirían más allá de la adolescencia, cuando aparece el bigote, el vello púbico y el razonamiento crítico. El resto de los seres vivos no tienen conciencia de su ser mortal, por eso ni los claveles rezan rosarios ni los caimanes cantan saetas. Es una ventaja que tienen sobre nosotros, los racionales. Pero la conciencia de la mortalidad no debe servir para su negación, pues hace el camino más largo y tortuoso. Sé que es una putada plantear esto cuando el incienso comienza a perfumar el sur del mundo occidental. Pero es precisamente su aroma el que abre la disyuntiva: con Dios o a solas.
Otros alivian la crítica a la Iglesia defendiendo el carácter sobrenatural de un personaje cuya existencia no admite certificado histórico. Ningún evangelista lo conoció personalmente. Escribieron de él porque su mito fue creciendo como carne de literatura, de periodismo. Eso hizo al Cristo más grande. Pero si difícil es soportar la irracionalidad de la fe, más tremendo resulta lo de ser cristiano, pues ni los que presumen de serlo saben bien qué significa, dejando al margen la paradoja que implica presumir de ser humilde. El cristianismo —que no necesariamente Cristo— emplaza la redención a la otra vida y la deja en manos de un Espíritu Santo, en vez de instar a la redención en ésta poniéndola en manos del propio hombre. ¿Qué es más humano, poner la otra mejilla o quitarla —como mínimo? A menos que te vaya la marcha y seas de los que la vuelve a poner, estarás de acuerdo conmigo que ese tipo de héroe es válido para los que oprimen a los débiles; para ninguno más. Son precisamente los débiles, los pobres y los oprimidos los que deben buscar su Superman en alguien que les dé la fórmula para salir del boquete. Y esa fórmula puede ser cualquiera menos la que se deriva de los evangelios. Su lectura crítica arroja más luces que ninguna otra sobre la necesidad de la revolución. Quizá sea por eso el profundo respeto que me inspira la Teología de la Liberación, porque —al margen de la redención trascendente— se implican en la inmanente. Si tú me acompañas en la segunda, yo te permito que me intentes vender la otro moto. Primero libres. Primero dignos. Luego hijos de Dios y de su santa madre. Pero nunca al contrario pues, si se invierte el orden la dignidad y la libertad se caen por el camino.
No obstante, al ir entendiendo antropológicamente el sentido del entramado y la necesidad del circo en épocas de crisis de pan, he ido reduciendo mi perspectiva crítica con el fervor cofrade. Aunque no lo incluya entre mis pasiones, he ido pasando del latigazo al silencio y comprendiendo por qué los capillitas saltan de uñas si se roza cualquier símbolo sagrado para ellos. Hubo un tiempo en el que defendí la diferencia entre hacer las cosas en nombre del hombre o hacerlas en nombre de Dios. Pero esa diferencia no es tal —o caigo en la contradicción al distinguirla—, desde el momento en que observo que Dios no es más que el hombre mismo proyectado hacia su mayor ausencia, y como tal, tan humano como el carnaval o el fútbol. Será por eso que —en la distancia— sigo la evolución de las semanas santas observando —con generosa distancia— no lo que hay encima de los pasos, sino abajo, debajo y al fondo. El misterio de lo divino es el misterio de lo humano en clave espiritual para impedir que se resuelva: Ecce Homo. Cuando el misterio se resuelve la película se acaba, y aquí se trata de que la película dure al menos una semana. ¿A mí qué me vas a contar, hermano, si la mía dura un mes?
EL RUBIO
LOS INTÉRPRETES: LA AUTOCENSURA DEL CARNAVAL DE CÁDIZ. (hoy remo a favor de obra). No voy a extenderme mucho otra vez en la explicación del hecho evidente, de que el carnaval de cádiz está ya totalmente alejado de los debates sociales importantes, por culpa de la estandarización de sus repertorios de manera progresiva, a lo largo de los años. Basta con ver que los repertorios no muestran un espectro extenso de ideas políticas o humanistas acordes con el autor de esa agrupación, sino que todos los repertorios están homogeneizados, una vez evaluado ya con el tiempo, qué es rentable decir en el concurso y qué no, con respecto a cada temática: "No hay un autor que con respecto al tema X, te ofrece una opinión Y, y otro autor que con respecto al mismo tema X, te ofrece una opinión Z..." esto no existe, las opiniones están estandarizadas. Se sabe ya qué es lo mas rentable decir con respecto a cada tema. Así que este comentario pretende poner el foco sobre la dictadura del intérprete, que se siente en el poder de seleccionar, imponer y opinar sobre contenidos, cuando la labor del intérprete es la de optimizar la interpretación. EL INTÉRPRETE Y SU ACTITUD, EN CONTRAPOSICIÓN A LA DEL AUTOR. Un interprete cuando escucha o lee un pasodoble de 25 versos que va a tener que cantar, obvia EL CONTENIDO de lo que está leyendo, y piensa en LAS FORMAS del mismo: "dónde entraría un gorgoreo, dónde entraría un quejiito, y si acaso supiese algo de lenguaje musical, en qué parte el dúo se separa lo suficiente como para que entre una voz en medio.. etc etc" Y no es justo que un autor con compromiso y una carrera de humanidades de 5 años, esté viendo constantemente cómo su repertorio con contenidos y objetivos humanistas, está siendo puesto en cuestión y retocado por personas que no tienen absolutamente nada que opinar sobre contenidos... Y es cierto que al final, con los años, el intérprete hábil, a lo Subiela, acaba sabiendo cómo optimizar un repertorio en busca del mejor resultado posible, pero eso del mejor resultado posible, no tiene nada que ver con el valor de los repertorios, ni con la fuerza o la acción social de los mismos. Y queramos o no, una tara importante que ha erosionado el compromiso gradual de los repertorios, es esta tontería y esta estupidez competitiva, de intérpretes que mandan y que al final agarran a los autores por los huevos, y "aquí si se canta esto, yo no canto... qué yo soy importante en esto..." Si el carnaval no fuese profesional, no tendría ningún sentido que un autor hiciese castings o buscase para salir en carnaval a intérpretes profesionales, y no a personas de su círculo cercano de amigos, que de alguna manera, de entrada ya entendieran y estuviesen en consonancia con la idea de carnaval del autor, y compartiendo totalmente, el objetivo por el cuál se está haciendo carnaval y saliendo en carnaval... Entonces considero que el carnaval pierde compromiso con la profesionalización, también porque el autor se ve atado en los contenidos por la competitividad del intérprete que quiere éxito y no transmitir ideas sociales, si estas dos cosas no fuesen de la mano. QUÉ HACE MAL EL AUTOR ANTE ESTA SITUACIÓN. El autor pierde honestidad en sus relaciones humanas si tiene que dedicarse a convencer a tontos que cantan muy bien, de que canten para él el año que viene; Y obligarse a tener contentos a ese tipo de personas durante 4 meses... personas que en el fondo, sino fuese por la utilidad que ofrecen con su voz, no serían desde luego personas del entorno cercano del autor... seamos claros. Pero es que una interpretación profesional, de entrada requiere buscar intérpretes profesionales, y a continuación requiere de este tipo de hipocresía en las relaciones humanas, o de profesionalización de las relaciones carnavalescas... y es en esta ambigüedad en la que luego surgen los conflictos personales o profesionales de las agrupaciones. EL INTÉRPRETE LIDER, Y LOS DEMÁS INTÉRPRETES QUE LO SIGUEN... O NO. Alguna vez le he leído a El Rubio que las actitudes religiosas y el esoterismo de loca de los gatos no tiene nada que ver con 'la lucha', sino que son una especie de creencias permisibles que no dañan la comunicación ni l vida en comunidad ni nada... porque forman parte de la vida interior de los pobres... y la de sus telepredicadores añado yo. Pero está claro que creer cmo actitud en general, sí es parte del problema.... aunque ya sus razones tendrá o tuvo el Rubio, para opinar así o cuando opinaba así. EJEMPLO: Se le lleva un pasodoble a un grupo de 14 intérpretes para que opinen sobre él. Cuando el pasodoble termina, de los 14 intérpretes, sólo opina el lider que suele ser octavilla, porque es ahí donde se fraguó su liderazgo. El resto aún no saben qué opinar. Tras la opinión del interprete lider con respecto al pasodoble que acaban de escuchar, la opinión de los otros 13 se va a dividir en: 1- Los que van a estar a favor de la opinión del intérprete lider. 2- Y los que van a estar en contra de la opinión del intérprete lider. Siendo ambas opciones, resultado del vínculo con el lider, y en ocasiones con el autor legítimo del pasodoble que acaban de escuchar, pero NO va a ver opiniones razonadas, apoyadas en argumentaciones racionales que desglosen lo que les parece de lo que acaban de escuchar... Por eso sigo diciendo, y ahora en semana santa más, que hay que matar toda actitud religiosa que pueda enraizar en algún individuo, y fomentar la racionalidad... si es que queremos de verdad como pueblo, gobernarnos a nosotros mismos. Porque el cristianismo lesiona tanto a la democracia y al entendimiento social en general, como 'la loca de los gatos' que manifiesta su animadversión hacia ti, diciendo en público que tu cuarto chakra está vibrando en una mala frecuencia y no le inspiras confianza.. no sólo como desprecio personal enmascarado, sino también como intento de que la gente que os rodea, te haga el vacío. Pura inquisición disfrazado de misticismo. Un saludo a todos. PD: Veo que aquí se siguen estilando los comentarios en plan, amén... lo que tú diga.. y esas manifestaciones de incondicionalidad religiosa... mucho va a ver que cambiar la imagen del palio, para que cambie el perfil de los que la siguen...
AMEN.