El tango y las alas salvan el primer combate
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Aunque estamos en las semifinales del mejor concurso del mundo, la noche no fue la mejor de la historia. La función no tuvo la frescura de las grandes citas. Por momentos fue insípida. No hubo una chirigota que demostrara merecer pasar a la final. En comparsas, en cambio, si se pusieron las candidaturas encima del tablero. Los dos seres voladores salvaron una noche que no se corresponde con esta fase del certamen. Los coros, eso sí, rozaron el notable el primero, y la perfección el segundo. El cuarteto de Morera, aunque es el favorito, dejó la sensación de que hasta la final, todo es rabo en el concurso.
COMPARSAS
'Los prisioneros' , como 'Los equilibristas' en su momento, viven con ese aura que tienen las comparsas inolvidables. Desde que el telón llega al paraíso la comparsa te atrapa a base de garra, fuerza y mucha pasión. Los pequeños detalles son los que empiezan a marcar la diferencia en una semifinal donde estos grupos se lo juegan todo. La presentación cada vez suena mejor y las miradas se iban hacia el pasodoble que es donde se va a decidir esto. El primero es una bonita letra de un hombre a su ex-mujer y el segundo pone a la ley de dependencia en la primera fila de las cosas importantes de este país. Bonito el primero y enorme el segundo. Todo escrito bajo la tutela del dueño de la jaula, Miguel Ángel García Argüez. El popurrí te aprisiona como toda la comparsa en general hasta llevarte al final con una cuarteta maravillosa. La comparsa tiene que estar en la final. Aunque da la sensación de que no han pegado un golpe en la mesa y que los competidores también puntúan, el recorrido durante el concurso les tiene que valer para que volvamos a escuchar a estos pájaros de boinas de colores.
Los Carapapas son el ejemplo del porqué aquí nadie tiene asegurado su puesto en la finalísima. Los hermanos Márquez Mateos traeN una comparsa que aún está en construcción, que ya empieza a ser reconocible y que a pesar del cambio de registro, ha vuelto a poner el listón alto con dos buenas letras de pasodoble. La primera llena de rabia -escrita como escriben los Carapapas- y la segunda a los atentados de Barcelona. Mejor escrito el segundo pero gran tanda de pasodobles para esta semifinal. El popurrí no es el mejor de la modalidad pero ellos han hecho un buen pase en el día que tenían que poner las cosas complicadas. Qué nadie los descarte porque esto parece que ha comenzado a apretarse.
Una de las sorpresas de estas semifinales era la comparsa sevillana de Tacina. 'Pueblo llano' ha ido salvando obstáculos cada pase a base de buenas coplas. En un año de comparsas de otra galaxia, tiene mucho mérito el concurso que han hecho estos sevillanos. En semifinales, con dos buenas letras de pasodoble, demostraron que su presencia no era testimonial.
CUARTETO
El cuarteto de Morera maneja la escena como nadie en el concurso. Siempre consigue traer personajes que quedan en la memoria de los carnavalearos y eso es lo que les da la vida. Sobre todo en la parodia, donde bajaron el nivel respecto a los primeros pases, pero se mantuvieron de pie gracias al 'age' que estos cuarteteros procesan. Se vienen arriba en los cuplés y retoman el buen nivel en el tema libre en una confusa conversación con Paco Alba. Fueron de menos a más. La fórmula funciona porque el espectador conoce a los personajes y la idea sigue teniendo recorrido. Pero el repertorio en esta semifinal estuvo por debajo de la actuación de sus componentes, sobre todo por 'el Trinchera' (Carlos Meni) y 'el Gadita' (Manuel Morera), en los que recae la mayor parte de todo el repertorio. La final la tienen asegurada, el primer premio, aún, puede estar disputado.
CHIRIGOTAS
Cerraba la sesión la chirigota sevillana 'Una corrida en tu cara' y lo hacía en medio de una ovación de un público que parece tener la necesidad de encontrar una nueva chirigota a la que aferrarse tras el cajonazo de 'bizcocho'. Aunque con buenas intenciones, la realidad es que esta vez no pegaron en ninguna de las letras de esta semifinal. Primer pasodoble al compañerismo en chirigotas, y el segundo sobre la marcha del Carnaval a Sevilla. Cuplés simpáticos pero no llegan a hacer reír. El popurrí es lo más flojo del repertorio de un grupo que quizás ha tenido su peor pase en lo que va del concurso. Buena chirigota que no ha dado ese paso más para estar entre las elegidas, aunque visto como se las gastan los de arriba, todo puede pasar.
Antes que los sevillanos, Cádiz estuvo presente. El Carnaval está lleno de imprescindibles y dos de ellos se llaman Manolo Santander y Juan Manuel Braza Benítez. Sus pasodobles son patrimonio de la fiesta y como tal hay que saborearlos cuando aparecen en las tablas del Falla. Es eso lo que los mantiene en la pelea. A Santander y Sherif sobre todo se le pide que no fallen en la pieza maestra y pocas veces lo hacen, pero el concurso exige que cumplas en lo demás y no terminan de conseguirlo. Aunque el nivel no está en el edén, los cuplés y el popurrí de ambas chirigotas están muy lejos de los grupos punteros de este certamen. El pasodoble de Cádiz sale por la puerta grande pero la gracia no. Veremos las letras del resto, pero no han dado un golpe para meterse dentro.
COROS
Los dos coros de la primera semifinal son dos delicias para los sentidos. Colorido, musicalidad, baile, tango de Cádiz y buenas letras. El coro del hoy, del mañana y el tango de siempre. Tanto los estudiantes como Luis Rivero traen el coro naciente. Un soplo de aire fresco a una modalidad que, aunque los puristas ladren, crece. Luis Rivero abrió el campo llevando el coro hacia el musical y estos chavales lo han entendido de maravilla. La variedad capta más aficionados, la unicidad los espanta. Y estos dos coros han ampliado el abanico, te divierte, te mantienen atento a la escena y te emocionan. No deben existir las fronteras en los coros -como dice 'Rockcola' en su primer tango- ni en ninguna otra modalidad. Lo único innegociable es Cádiz. Y tanto los primeros como 'Vive, sueña y canta' suenan a Cádiz de verdad. Curiosamente, el coro de Luis Rivero también reivindicaba que su tango suena a Cádiz en una letra enorme. Apagan las luces para que el respetable escuche en modo radio, para que olviden el espectáculo y se centren solo en el tango. Y lo consiguen. Dos pedazos de coros. El segundo más espectacular que el primero y con más registros musicales en el popurrí.