Resurrección a través de la defensa
El Cádiz CF ha sido capaz de sacar un punto en su visita a Barcelona. Lo ha hecho a través de la defensa, ha vuelto a ser el equipo reconocible de muchos momentos de la temporada. Algo histórico, tanto como que el gol cadista fuera desde el punto de penalti.
Cervera había apostado por un esquema poco habitual. Un 4-1-4-1, con Garrido por delante de la defensa y un centro del campo de lo más extraño formado por Perea, Sobrino, Salvi y Jairo. Negredo era un islote arriba.
En los primeros minutos el equipo parecía capaz de resistirse al ataque del Barcelona, aunque como en otras ocasiones no era capaz de administrar el balón cuando lo recuperaba. La idea estaba clara: salir a la contra con la mayor velocidad y así se podía ver a Salvi entrenando por ambas bandas en cuanto que la ocasión lo permitía.
A diferencia de lo que pasó contra el Athletic, al menos en esta ocasión el equipo estaba bien situado, concentrado y con la energía necesaria para competir. Sólo le estaban llegando con disparos de fuera del área y las llegadas más claras se producían tras alguna pérdida del Cádiz en ataque.
Realmente, atacar era un problema porque cada pérdida se convertía en una ocasión para el Barcelona, algo que no ocurría en estático. El equipo no presionaba arriba en los saques de banda para no salir en exceso de una cueva que le fue dando un buen resultado en la primera media hora de partido. Ledesma le hizo una gran parada a Messi antes de que se cumpliera el minuto 30 en un lanzamiento desde fuera del área.
La cosa iba bien, pero en una mala salida de Sobrino provocó un balón dividido y entre Iza y Salvi le hicieron penalti a Pedri y Messi lo transformó. Y pudo empatar el jugador cedido por el Valencia en la siguiente jugada, pero remató fuera un gran centro de Salvi.
Al menos fue capaz de aguantar hasta el descanso con ese 1-0 que fue más producto de un error propio que un acierto del rival.
El equipo estaba siendo capaz de mantener el tipo, aunque con algún sobresalto. Ledesma tuvo que salir a los pies de Griezmann y evitó el segundo tanto, pero el partido seguía abierto. Cervera lo sabía y por eso daba entrada a José Mari, Álex Fernández y Lozano.
Con algo menos de media hora por delante también entraba Alejo. Al Cádiz le faltaba algo de convicción para buscar la portería de Ter Stegen, con ese miedo de perder todas las opciones si arriesgaba en exceso. El balón seguía siendo azulgrana y el equipo no era capaz de crear peligro, a pesar de tener jugadores con más capacidad para combinar.
Dembélé era el jugador que más peligro le creaba, aunque Messi también hacía lo posible por finiquitar el partido. A falta de un segundo gol que le diera tranquilidad, el Barcelona apostaba por el toque para evitar que el Cádiz le diera un susto.
Había que soltarse de una vez y lo hizo muy al final. En una jugada que parecía perdida, Lenglet le hizo un penalti a Sobrino que, por fin, fue señalado. Álex Fernández lo transformó en el minuto 89 y ahora había que aguantar como fuera. Lo consiguió a base de mucho trabajo y consigue un punto inesperado y de un valor incalculable.