Petróleo en una mala tarde
El Cádiz CF no podía perder contra el Alavés y no lo hizo. En un mal partido de los amarillos fue capaz de sacar un punto gracias a una jugada aislada porque, en juego, no supo cómo hacer daño a su rival. Mucho tiene que mejorar el cuadro gaditano para no sufrir de esta manera. No dar facilidades como el penalti y crear algo más de peligro en ataque.
Todavía no se había jugado casi nada cuando Marcos Mauro pidió el cambio. Fali había empezado como lateral, pero esta circunstancia hizo que Salvi entrara para ocupar el puesto donde suele actuar Iza Carcelén.
En el arranque, el balón estaba siendo para el Alavés y el Cádiz esperaba bien posicionado, como atrás tantas veces. Un intento de despeje de José Mari casi le cuesta un gol, pero el balón impactó en el palo. Cabía esperar algo más del equipo cuando tenía la pelota en su poder.
Se estaba desarrollando el guión preparado por Cervera. No pasaba casi nada en las dos áreas, no estaba sufriendo. Como siempre, se echaba de menos sacarle más provecho a las recuperaciones en la medular.
Los errores propios eran lo único que podía romper la calma. Primero fue Conan el que le dio una opción al rival por un fallo y después Salvi cometió un absurdo penalti, en el que demostró no ser un lateral puro. Lo lanzó Joselu y adelantó al Alavés en el minuto 35.
La apuesta habitual estaba saliendo mal y tocaba reaccionar. El equipo empezó a tener más el balón y tuvo un remate de Negredo en el segundo palo que se marchó alto. En el momento en el que empezaron a aparecer Perea y Álex, el peligro llegaba al área rival.
Desde el inicio de la segunda parte se veía al Cádiz con mayor voluntad para llevar la iniciativa. No le quedaba otra si no quería irse de vacío ante un rival que había sacado provecho de la mala primera parte amarilla.
La intención era crear peligro, pero no lo estaba consiguiendo. Su juego era muy previsible y Cervera tenía que mover algo para que el partido cambiara. Puso de lateral a Álex y le dio la banda a Salvi.
Tras unos primeros compases en los que parecía que el Cádiz iba a meter a los vitorianos en su área, el partido derivó en una sucesión de errores que no invitaban al optimismo porque no había capacidad de llegar.
Con el paso de los minutos, el equipo empezó a acercarse un poco y tuvo la opción de meter algunos centros, pero no ponía en apuros la portería alavesista. Por suerte, el Alavés devolvió el favor del penalti a falta de seis minutos para el final. Un codazo de Manu García a Cala lo transformó Álex Fernández, con su habitual sangre fría.
La otra buena noticia era que el jugador del Alavés vio la segunda amarilla y eso permitía al Cádiz afrontar el tramo final con un jugador más e incluso con opciones de ir a por la victoria. Malbasic, que acababa de entrar, falló una ocasión muy clara tras un gran pase de Jonsson en el minuto 87.