Una hora de pelea y media de suplicio

El Cádiz CF cayó goleado por el Atlético de Madrid en otro partido de LaLiga Santander donde apareció el equipo de las dos caras. El que compite un rato y que después se desmiembra. Una mala imagen porque perder ante este rival era previsible, pero el tramo final del choque fue muy malo.

El equipo salió desde el inicio con la voluntad de presionar arriba y ello le permitió recuperar balones en el campo del Atlético. En los primeros compases estaba la posesión más discutida que en partidos anteriores, aunque la iniciativa la llevaba el Atlético.

El primer susto llegaba en el minuto 12 en un balón parado, la gran pesadilla del Cádiz en la temporada. Por suerte, en este caso el balón acabó por encima de la portería de Conan. Tras un buen inicio, el equipo empezaba a cometer errores en las entregas.

El Cádiz intentaba enseñar los dientes con alguna llegada, pero le costaba convertirlas en auténticas ocasiones de gol. Al menos estaba consiguiendo contener los ataques colchoneros, marcados por su calidad pero con cierta lentitud en la circulación.

Había pasado media hora y el Cádiz le plantaba cara al campeón de Liga. La pena es que cuando era capaz de enlazar varios pases, sus centros al área eran demasiado llovidos o sencillos para Oblak. Luis Suárez pudo adelantar a los suyos en el minuto 38, pero su remata salió alto después de un error defensivo.

El equipo llegaba vivo al descanso y con opciones de hacer daño si mejoraba un poco en ataque con los cambios.

En el inicio de la segunda parte pareció que el Atlético daba un paso adelante en busca del gol. Ledesma desvió un buen cabezazo de Savic en el minuto 50. Pero el Cádiz también avisaba con alguna llegada, tanto a balón parado como en jugada. El Choco estuvo a punto de rematar en el segundo palo un servicio de Cala.

Pero llegó el gol del Atlético en otro error defensivo. Corría el minuto 56 y un centro desde la izquierda era cabeceado casi sin oposición por Lemar. Espino estaba mal colocado y, otra vez, tocaba nada contra la corriente. Y pudo ser peor en el minuto 63, pero Ledesma impidió el segundo en un mano a mano de Lemar.

Nada pudo hacer en otro centro lateral mal defendido, el enésimo. Llorente puso el servicio desde la derecha y Griezmann marcó con un buen remate. El equipo se descompuso y llegaron más goles. Correo hizo el tercero en otra demostración de que en cuanto bajaba la intensidad era tremendamente frágil.

Marcó Lozano en un jugada inverosímil, pero replicó Cunha con otro tanto. Fue un final muy triste y con un estadio que dejó de creer en su equipo.