1-2, Borja Iglesias (min. 84)
Derrota dolorosa: méritos para mucho más
El Cádiz perdió ante el Betis un partido en el que no fue peor, pero que se decidió por dos acciones consecutivas en el tramo final. El gol de Alejo no sirvió ante los de Tello y el de Borja Iglesias de penalti.
El Cádiz salió muy eléctrico, intentando incomodar la salida de balón del Betis y saliendo con velocidad a la contra. Era un partido de ritmo alto, de jugar sin pausa y buscando las porterías constantemente. Los de Sergio entraban por las bandas y se les veía sin complejos.
En el primer cuarto de hora el partido se jugaba más en el campo del Betis, que estaba muy incómodo. Se veía obligado a jugar en largo y eso le ponía las cosas sencillas a la zaga amarilla.
Con el paso de los minutos, el juego se fue volviendo más bronco. Las faltas eran constantes y el Betis empezó a dar muestras de peligro. El primer susto llegó en una jugada en la que Sabaly aprovechó un fallo de Espino para dar el pase atrás. Pudo ser un gol fantasma, pero se pitó fuera de juego.
A filo de la media hora seguía siendo un partido igualado, sin concesiones y con pocas llegadas peligrosas a las áreas. El Cádiz estaba compitiendo, pero le costaba mucho ponerse con opciones delante de Claudio Bravo. A Negredo le costaba quedarse balones de espaldas para enlazar con sus compañeros.
Fekir hacía daño con su calidad, pero el Betis no se estaba imponiendo como equipo. El empate sin goles era un resultado justo por lo acontecido en un primer tiempo compuesto por varios micropartidos en los que todo había estado muy parejo. Idrissi lo intentó sin acierto antes de pitar con un lanzamiento que se le fue muy alto.
Estaba claro que había que sufrir en la segunda parte porque había que tener mucho físico para aguantar el nivelazo del rival. Nada más reanudarse el juego, Guardado mandó un balón al larguero después de un taconazo genial de Canales en el inicio de la jugada.
Pero el Cádiz no le perdía la cara al partido y llegaba por las bandas. Y en un balón parado consiguió ponerse por delante por medio de Iván Alejo, que aprovechó un balón suelto para batir a Bravo.
Después de marcar el equipo no se echó atrás. Siguió tocando con criterio y redoblando los esfuerzos para no dejar huecos atrás. Negredo pudo hacer el segundo en el minuto 70 a la salida de un córner, pero la defensa sacó el balón cuando ya había superado a Bravo.
Sin embargo, a diez minutos del final del empate llegó el empate con un disparo de Tello y, acto seguido, un absurdo penalti de Alcaraz a Borja Iglesias que transformó él mismo.