Justo castigo por salir a verlas venir

El Cádiz CF no compareció en Vallecas. Venía en una dinámica muy positiva, con cinco jornadas sin perder y ofreció su peor cara en este partido. Sabiendo cómo se las gasta el Rayo Vallecano, optó por jugar a aguantar sin la actitud mínima que se requiere en LaLiga Santander.

El partido como se esperaba en ese campo y ante ese rival tan intenso. Tocó aguantar el empuje del Rayo con sus centros laterales. Cuando recuperaba el balón se veía que la consigna era tocar con calma para evitar que el choque fuera de ida y vuelta. La primera intervención de Ledesma fue en el minuto ocho en un disparo de Fran García desde fuera del área.

Sergio había recuperado el equipo habitualmente titular, aunque dándole continuidad a Ocampo, que tanto brilló ante el Betis. Le costaba elaborar, pero sabía que con el paso de los minutos podría tener sus opciones.

Pasaban pocas cosas. El dominio era del Rayo, pero tampoco se podía hablar de muchas ocasiones de los madrileños. Faltaba tener el balón y meter miedo en el área vallecaba para aspirar a sacar algo más que un empate.

Álvaro García hacía daño por su banda y era fundamental la ayuda de los centrales a Iza. En la primera media hora no se contabilizó ninguna ocasión del Cádiz y sí muchos saques de esquina del Rayo. Fue salvador Ledesma con una doble parada en el minuto 30, una de ellas de un nivel estratosférico.

El equipo tenía que despabilar porque los locales estaban llegando demasiado. Ledesma también tuvo que impedir el gol de Álvaro García en una contra y había que pedir mucho más al Cádiz, que se dedicaba a sobrevivir y nada más. Alcaraz no aparecía, todos los controles eran malos y pensar en dar tres pases seguidos era ciencia ficción.

Era una primera parte muy mala y todo se estropeó con un penalti de Iza a Álvaro García al filo del descanso. La cosa no pudo acabar peor porque el Rayo se puso por delante y, además, Iza fue expulsado. Y el segundo fue de broma, con un pase de Catena a Álvaro, que marcó el segundo con un tiro alto.

Había que esperar, al menos, algo de amor propio. Pero en el inicio de la segunda parte seguía dando la impresión de que el Rayo se jugaba más que los amarillos. Vale que tenía un jugador más, pero su actitud era de ambición constante y el Cádiz no comparecía.

El Rayo rozaba el tercer gol y Fali una ocasión clara a balón parado, pero su cabezazo se iba muy lejos de la portería. Ni eso salía bien. Era una jornada para olvidar y sólo pasaban cosas negativas. En el minuto 62 se produjo la expulsión de Alcaraz en una acción en la que hizo lo posible por no tocar a Fran García. Y en el lanzamiento de esa falta, gol de Lejeune en un disparo donde Ledesma pudo hacer más.

Quedaba media hora de sufrimiento, con todo perdido y con dos jugadores menos. Aguantó unos minutos, pero en el minuto 79 llegó el gol de Sergio Camello en una acción por el centro de la zaga. Ya no se podía valorar porque estar con nueve lo desvirtuaba todo.

Al menos llegó el tanto del honor en una jugada de Awer Mabil, que centró y se produjo el gol en propia puerta de Balliu. En un partido aciago, el castigo se aumentó con otro gol de Lejeune en un córner mal defendido.