Elogio de la locura
Por Juanma Garrido Anes
Estadio Deportivo
O los Mayas tenían razón o no entiendo nada. Si ya la vida es una locura en sí misma lo del deporte, que no deja de ser una parte de la vida, no le va a la zaga, más bien al contrario, multiplica la locura por mil. A saber: vivimos en un país en el que los mudos durante muchos años recuperan la voz por arte de magia en los últimos meses; ahora, los menores no es que dominen a sus padres, profesores, vecinos y a todo bicho viviente sino que, además, es que los atemorizan y la administración a veces hasta los respalda; para colmo, los que deberían estar escondidos por guiarnos al abismo se pasean altaneros, riéndose de todo y de todos sin pudor… y, por si fuera poco, Barcelona y Real Madrid se quejan de los árbitros. Si el gran Tip levantara la cabeza le daba un infarto en menos que canta un gallo, seguro.
No hay dicho más veraz que el que repite cien veces una mentira hace que esa mentira cada vez parezca más cierta. Yo ya me veo a Florentino y a Guardiola, rodeado por decenas de pelotas de turno, acampados en Sol al estilo 15M con pancartas exigiendo ‘Justicia Arbitral Ya’, a Pepe patrocinando el spot anual de Fair Play de
Entre todos, periodistas incluidos, hemos hecho de la anécdota el pan nuestro de cada día y hemos olvidado los análisis profundos en la mayoría de los casos agobiados por el día a día. Nos llevamos las manos a la cabeza cuando nos enteramos de que un jugador no quiere hablar, como si muchas veces preguntáramos cosas interesantes o como si estos dijeran alguna vez cosas importantes, y ponemos el grito en el cielo si tal o cual club/dirigente/entrenador amenaza con no dejarnos presenciar los entrenamientos diarios. Que sean positivas las ruedas de prensa y los accesos a la rutina de un club, bueno, aceptamos barco, pero de ahí a que sean indispensables todas esas citas, lo dudo. Con el paso del tiempo, los personajes del mundo de deporte se comportan cada vez más como muchos políticos, y ya sabemos que hay que creerse de esa misa, la mitad de la mitad.
Es tal esta locura sin control que estoy convencido de que, a este paso, llegará un día en el que en el Congreso de los Diputados deportistas y políticos de la mano serán capaces de presentar, a bombo y platillo, un estudio cuya conclusión final dirá que ‘El suelo está muy bajo’. Y hasta se harán conexiones de previa, reportajes y se cubrirá como si fuera la final del Mundial. Y se polemizará para distraer y distraernos otro rato. Ya el pensar si es conveniente reírle todas las gracias de ese estilo a este mundo lo dejamos para otro momento, que eso de pensar provoca dolores de cabeza…y no está la cosa como para más dolores.