El objetivo
La Platea de Juanma G. Anes
(Huelva Información)
No seré yo quien adule a los dirigentes del club ya sea por el simple artículo 33 (“porque sí”) o los vapulee aplicando el artículo 34 (“porque no”), sin más razones que las conveniencias, que es de lo que viven muchos. Como nunca creí que nadie es tan bueno como parece ni tan malo como dicen, prefiero valorar los hechos antes que a las personas según las pinten, y el hecho de la llamativa campaña de abonados me crea más simpatía que contrariedad, y eso que hasta hace apenas dos semanas el hastío también había podido conmigo.
Es una faena que se haya subido el precio, evidentemente, por mucho que se 'se compense' con una camiseta, un bronceador y unos manguitos de Pocoyó para la piscina. Pero el reto de los 9.000 y del posible ‘2x1’ supone algo más que la oportunidad de un gran ahorro y de una simple cifra –alta- de apoyo al club. De lograrse, se traduciría en un paso adelante para quitarse el sombrero de aquellos que en tiempos se identificaron (y mucho) con este equipo y que, también con mucha razón, lo pusieron en un segundo plano ante tanto bandazo, tantos lunares ridículos y tantos problemas. Y tan mal juego y peores resultados, claro.
No podemos olvidar que, si bien el Recre no está en la UVI, anda todavía por los cuidados intensivos. Pero la cosa debe ir a mejor sí o sí. La penosa imagen que dio el Decano en su Centenario (como la que dio Huelva en el ’92 - gracias, una vez más, ‘queridos’ políticos-) debe ser borrada justo con todo lo contrario: mil y un actos, reivindicaciones por doquier e identificación y máximo apoyo popular. Pero por apoyo de la calle, que el de otros ámbitos ya sabemos cómo finaliza. Afortunadamente, parece que vamos camino de ello. Y ya sé que casi todo depende de que la pelotita entre, sí, pero es que con 15.000 personas en la grada es más sencillo hacerse grande y hacerse respetar que con 15.000 asientos vacíos. La historia del I Centenario no puede volver a repetirse. De hacerlo, sería imperdonable. Y todos tendríamos nuestra parte de culpa.