Ni transición ni silenciosa
La Platea de Juanma G. Anes
(Huelva Información)
Comentaba Del Bosque sobre el asunto Casillas que con la titularidad (hasta hace poco indiscutible) del portero madrileño con la selección quería hacer una 'transición silenciosa', dando a entender que irá alternando su puesto con De Gea -o con el que sea- hasta ofrecer el definitivo adiós futbolístico al de Móstoles.
Pues eso, don Vicente, ni es silencioso ni es una transición. Eso suena a regalarle partiditos de homenaje por los servicios prestados aunque su estado de forma actual no merezca ni un minuto sobre el campo; vamos, como ya hizo usted con muchos que no merecieron ir al Mundial de Brasil, evento que será recordado para siempre como una de las participaciones más ridículas de la historia de balompié patrio. Mire, el tener de antemano preestablecido que va a jugar unos días sí y otros no, sin juzgar sus merecimientos en cada momento, es una falta de respeto para el resto de porteros y jugadores porque, hasta donde yo sé, un partido se le da al que mejor está y no a aquél que hizo un paradón estratosférico hace 4 años, como tampoco hay que convocar ahora a Rincón por su excepcional papel en el mítico España – Malta. El amiguismo de Clemente con Zubizarreta fue criminal para la selección durante años; la cobardía de otros por no dejar fuera a Raúl cuando éste no daba una a derechas fue también una rémora brutal. ¿Otra vez va a pasar lo mismo ahora? Si Casillas se lo gana, que juegue, faltaría más pero, si no es capaz de parar ni un taxi, pues que su puesto lo ocupe otro, como ha ocurrido toda la vida.
En los últimos años no hay cosa que me haya quemado más que esa absurda nueva moda de dirigir un equipo, sea el que sea, basándose en ‘buenismos’, en el budismo Zen o en el ‘paz y amor’ hippie. Los jueguecitos, con los nietos. A los profesionales que van con España, exigencia máxima siempre… Que bastante hay que aguantar ya conque vistan la camiseta algunos cínicos que, a escondidas, son capaces hasta de pisotear el escudo.