Ni lío ni ‘ná’
La Platea de Juanma G. Anes
(Huelva Información)
Rondaba por mi mente los días previos al partido ante el Alavés una idea: “o se gana o se lía”. Pues ni se ganó ni se lió. No tengo muy claro si es malo o bueno lo de que los fieles recreativistas, esos cinco mil que se tienen ganado el cielo, no hayan estallado contra todo y contra todos. Será por desidia, por un desencanto inconmensurable, porque son ya casi inmunes al dolor o porque le tienen tanto cariño al Decano que prefieren no armar más ruido del justo para no hacer más daño, pero que apenas hubiera un mal gesto tras una nueva jornada sin recibir una alegría dice mucho, en todos los sentidos, del seguidor albiazul.
Sí tengo la certeza de que otras aficiones, en otras ciudades y en otros estadios, hubieran armado un quilombo por todo lo que se está viviendo alrededor del club que hubiera sido bestial; la ‘primavera árabe’ se hubiera quedado en una fiestecita de cumpleaños al lado de tal rebelión. Aquí, sin embargo, reina un cabreo global contenido que más de uno debe rezar cada noche para que siga así, latente pero silencioso. Y no sólo por lo de ahora, que ya es de juzgado de guardia tanta promesa incumplida y tantas buenas palabras que se las lleva el viento, sino por lo que se arrastra desde hace algo más de un lustro. De ser un club humilde y modelo envidiado por medio país a ser un volcán que emana noticias tristes día sí y día también, en lo deportivo y en lo extradeportivo. Manda narices cómo ha cambiado el cuento.
Con este panorama es más que curioso que el único que hasta hoy ha recibido la ira del respetable haya sido ese delantero en cuyo haber hay cero goles anotados pero cuatro besos lanzados con muy poca clase a la grada. Con lo agradecida que suele ser esta afición con cualquier jugador que le pone corazón al asunto (Aitor, Barber…) y con lo desesperantemente tranquila que es, ya tiene que haber tocado el muchacho los bemoles para que sea él, y no otros, quien esté hoy en el punto de mira. Cómo andan las cabezas…