Ander Mirambell y el sueño de una noche de invierno
Escuchar la palabra skeleton en España es para la gran mayoría algo desconocido. Otros conocen el deporte, pero poco más. Si escuchas Ander Mirambell, les podría sonar un poco más. Pues bien, ambos se conocieron y fue un amor a primera vista. Hablar de skeleton en España es hacerlo de Mirambell y viceversa.
El catalán, que comenzó yendo en coche de Barcelona a Austria para conocer este deporte, se enamoró del deporte como estaba Lisandro de Herma en la mítica historia creada por Shakespeare. Parafraseando el títular, y como si fuera la historia el amor entre Mirambell y el skeleton bien se podría considerar como prohibido.
Poco a poco ese amor se fue consolidando y dio paso a una bonita historia. Porque Ander se puede considerar totalmente un pionero, fue capaz de arriesgar todo por un sueño y ha conseguido que en España se hable del deporte y que se tengan unas estructuras de trabajo mínimas para que se desarrolle en suelo hispano.
Mirambell entró de lleno en la historia del deporte nacional al ser el primer participante de skeleton en unos Juegos Olímpicos. Y para seguir con su historia de amor, escribió su historia en el deporte mundial ya que, por segundo año consecutivo, se alzó con la Copa de América de skeleton. Es el primer europeo en conseguir repetir tal hazaña, algo destinado a estadounidenses o japoneses. Dando más valor si cabe a una trayectoria llena de soledad, renuncias e inestabilidad económica.
Una carrera en la que pocos objetivos le falta por cumplir y que ha enseñado a todos un valor único. Con trabajo, esfuerzo y pasión, los sueños se cumplen. La admiración por Ander será eterna por todos y para enseñar en todas las escuelas.
Comienzos difíciles
Equipó sus zapatillas de correr con un rallador de queso y papel de lija en su primera competición en 2005, lo que habla de las ganas que tenía por aprender en este deporte.
Ante la falta de recursos, en el inicio de su carrera, Ander echó mano del ingenio, para poder pagar de su bolsillo las bajadas y poder entrenar. Sus métodos de entrenamiento podían resultar cómicos para algunos de sus rivales. Ya que mientras los británicos trabajaban con McLaren y los italianos con Ferrari visitando el túnel del viento para mejorar la aerodinámica, el español practica la salida en una tabla de madera con ruedas en la pista de atletismo o en la orilla del mar.
Influenciado por la película Elegidos para el triunfo en el que se relata las peripecias del conjunto jamaicano de Bobsleigh para llegar a Calgary'88, el catalán decidió emprender un nuevo reto hasta cumplir su sueño.
La importancia de la familia
Dicen que una imagen vale más que mil palabras y bien podría hacer referencia a esta. No hay más importante que el orgullo de un padre al conseguir aquello que ansías. El abrazo entre padre e hijo fue una de las cosas más bonitas que se pudo ver en Pyeongchang.
En numerosas ocasiones Mirambell ha recalcado una y otra vez la importancia de la familia. “Sin ella nunca podría haber llegado hasta donde he llegado” ha dicho en más de una ocasión el catalán. Un trocito de la victoria de Ander en la pasada Copa de América se fue al cielo.
El legado de Ander
12 temporadas lleva Ander en el mundo del skeleton, desde que comenzó con su trineo. Y parece que hay cuerda para rato. Como ha comentado varias veces le gustaría seguir su legado y enseñar en España a los nuevos Ander Mirambell.
Este año inaugura una nueva función, ya que será piloto-entrenador durante toda la temporada. Dando un paso más en su carrera deportiva y lo que le gustaría que ocurriese en un futuro, ser entrenador.
Además de esta nueva función, el catalán acaba de estrenar un programa en TVE Catalunya llamado insolits, dedicado a dar voz a aquellos deportes semi desconocidos en España. Los enamorados de los deportes minoritarios seguiremos el programa.
Tres participaciones olímpicas, dos Copa de América, y una historia que bien se podría hacer una película de ella. Para todos los jóvenes que quieran realizar un sueño cojan como modelo a Ander Mirambell y sepan que significa luchar por él hasta conseguirlo. Admiración infinita hacia el catalán.
