El muro de Sal
Salvatore Sirigu no ha tenido una carrera fácil. El guardameta de 32 años nacido en Nuoro (Cerdeña) ha pasado por momentos brillantes en su carrera que lo han llevado a militar en algunos de los clubes más importantes del concierto europeo y a ser internacional con Italia -estando presente en dos Eurocopas y dos Mundiales- , pero, quizás el error en momentos determinados o la mala suerte han impedido que, a estas alturas, cuando ha encontrado la madurez y, quizás esté rayando a su mejor nivel de siempre, haya logrado establecerse como uno de los mejores cancerberos de Europa.
Tras varias cesiones, Sirigu pudo establecerse como titular en la portería del Palermo y, tras recibir como premio a su gran rendimiento la llamada de la Azzurra, fue reclutado por el PSG cuando el megaproyecto del cuadro parisino comenzaba a andar. Cerca de 200 partidos más tarde y varios títulos por el camino después, el PSG pensó que era el momento de dar un salto de calidad en la portería pese a que las prestaciones ofrecidas por Sirigu no fueron para nada malas.
En esas apareció un Sevilla convencido en buscar portero que elevara el nivel en esa demarcación cubierta hasta la fecha por Sergio Rico. Una inoportuna lesión y y un flagrante error cometido en Bilbao hicieron que sólo disputara tres partidos con el Sevilla antes de hacer las maletas en el mercado invernal rumbo a Pamplona para intentar evitar el descenso de Osasuna.
El equipo navarro no consiguió la permanencia pero, no obstante, Sirigu dio muestras de sus innegables condiciones -llegó a parar dos penaltis en un mismo partido- y habilidades bajo palos. La suerte se había vuelto en su contra en su etapa en España.
Había llegado el momento de volver a Italia para intentar reconducir su carrera y recuperar sensaciones al ritmo de buenos resultados deportivos y el Torino, un histórico de la competición, le ofreció la posibilidad.
Con los turineses poco a poco ha ido recobrando sensaciones y recientemente ha batido -aún está el contador en marcha- el récord de imbatibilidad del club granata con 557 minutos sin recibir gol y seis partidos consecutivos sin recoger balones de su propia red.
El equipo de Mazzarri está en una buenísima dinámica que lo tiene colocado como séptimo clasificado con 41 puntos, la mejor cifra de puntos conseguida en su historia a estas alturas del campeonato.
Sirigu al fin ha encontrado el sitio en el cual volver a ser el que era. Con 32 años y siendo portero aún tiene muchos goles que evitar y no poco fútbol que ofrecer.
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