Marc Márquez relata el peor momento de su vida: cuando no podía ver ni correr
En 2011, Marc Márquez tuvo un grave accidente durante el Gran Premio de Malasia por el que se llegó a plantear incluso la retirada. Unos problemas de visión lo tuvieron varios meses sin poder competir. Tuvo que pasar por un largo proceso de recuperación que superó gracias a sus tremendas ganas de volver a subirse a una moto. Marc Márquez no entienda la vida sin ellas y con este relato nos queda claro.
Marquez crash - 2011 Sepang Moto2 FP1 from Thrill on Vimeo.
Antes de correr este fin de semana en Misano, el piloto catalán ejerció de embajador del 'Learn for Sight', impulsado por el Hospital Clínic y el doctor Alfredo Adán para que profesionales del tercer mundo se formen de manera gratuita en las últimas técnicas de oftalmología.
Allí, Marc Márquez, según recoge el Diario Sport, no dudó en reconocer lo que supuso en su vida aquel accidente: "A raíz del golpe veía doble y durante cinco o seis meses lo pasé muy mal, con muchas dudas. No sabía si podría volver a correr o no". A pesar de todo, tiene claro que "estas cosas son parte del riesgo que aceptamos cuando nos dedicamos a este deporte, que es nuestra pasión. Sin motos no sabría vivir.
Marc Márquez: "Con la vista, hasta que la pierdes, no lo valoras lo suficiente. Era imposible poder leer y la vida cotidiana se hace muy difícil"
¿Cómo lo pasó Marc Márquez sin poder ver bien?
El campeón del mundo de MotoGP también contó lo que le dijo al médico cuando lo operó: "Cuando entré en la consulta, viendo doble, mareándome por la calle, estaba enormemente preocupado. Me dijeron que tenía que esperar cuatro o cinco meses, que después se decidiría si me operaban o no y cuando salí del quirófano aún veía peor. ¿Qué me has hecho? le dije al doctor. Fue un largo proceso de recuperación, pero las ganas de volver a subir a una moto me ayudaron a sobreponerme. No me imagino una vida sin motos".
Este episodio de diplopía, visión doble, le afecto al piloto de Repsol Honda en todos los aspectos de su día a día: "Con la vista, como con tantas otras cosas, hasta que la pierdes no lo valoras lo suficiente. Era imposible poder leer y la vida cotidiana se hace muy difícil. Por eso, cuando me propusieron ser embajador de este proyecto no me lo pensé dos veces y me sumé a aportar mi grano de arena para dar a conocer el proyecto".
