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JJOO Barcelona 92: Cuando España fue el centro del mundo

Redacción nacional

De Mercury a Fermín Cacho, Barcelona 92 no solo fue deporte: innovación, mejoras para los ciudadanos y abrazo a la modernidad que tanta falta hacía

Un impulso brutal en todos los aspectos para el deporte y la sociedad española. Los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 supusieron un antes y un después... fue la demostración de que España había dejado totalmente atrás la dictadura y se subía al tren del progreso Europeo. Desde la gala inaugural con el ya fallecido Freddie Mercury a las medallas de Fermín Cacho o Miriam Blasco. España sonreía al mundo.

Inversión en instalaciones, mejoras deportivas en todos los aspectos, la instauración de las becas ADO para ayudar a la independencia y dedicación de los deportistas... nuestro país pasaba de la nada al todo. El pebetero había traído unas infraestructuras y una modernidad nunca antes vistas en España.

En cuanto a los resultados deportivos, el boom fue incluso mayor. Las federaciones echaron el resto y España pasó de las cuatro medallas obtenidas en Seúl 88 (un oro, una plata y dos bronces), a ganar la friolera de 22 metales en Barcelona (13 oros, siete platas y dos bronces). Nunca antes nuestro país había estado tan arriba y la ilusión se propagó por toda la nación.

Y estos resultados dejaron poso. Desde entonces España nunca ha bajado de 11 medallas. En los sucesivos Juegos Olímpicos los nuestros sumaron 17 en Atlanta, 11 en Sidney, 20 en Atenas, 18 en Pekín, 17 en Londres y también 17 en Río. Ahora en Tokio se busca seguir con la buena racha aunque las 22 medallas de Barcelona 92 parecen inalcanzables.

Es complicado explicar lo que supusieron los Juegos Olímpicos en España para una generación golpeada y vilipendiada que había dejado atrás una dictadura 25 años atrás pero que seguía arrastrando algunos puntos de decadencia. La cita olímpica fue el impulso necesario y la ilusión de los españoles la gasolina para que, de una vez por todas, España fuese un país moderno y orgulloso de sí mismo.

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