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En esta pretemporada se está disputando un torneo diferente al resto. Se trata de la Future of Football Cup, que la disputan los filiales de AZ Alkmaar, RB Leipzig, Club Brujas y PSV. Dicho torneo está sirviendo a la FIFA para probar un posible nuevo formato de los partidos de fútbol.
Es simplemente una prueba, lo cual no quiere decir que se vayan a instaurar en el mundo del fútbol, pero toda nueva regla necesita un periodo de prueba previa. Las lleguemos a ver o no, estas son las cinco normas que está probando la FIFA.
Esto quiere decir que ya no veríamos más el famoso minuto 90, así como los minutos añadidos, pues se jugarían 60 minutos reales de juego. En cada interrupción, el reloj sería parado hasta que se reanudase el juego, tal y como ocurre en el fútbol sala. Esto eliminaría por completo las pérdidas de tiempo por parte de los jugadores. Lo único que podría seguir ocurriendo es el hecho de alargar en tiempo parada para que se enfría la dinámica del partido, lo cual sucede a veces, por ejemplo, en el fútbol sala.
Esta nueva regla también es muy parecida al fútbol sala, donde se saca con el balón en el suelo los saques laterales. Lo más rompedor es la opciones de que el jugador que se dispone a sacar no tiene la obligación de buscar un pase a un compañero, sino que también puede optar por dar un leve toque y seguir conduciendo el balón.
Cada vez que se tenga que reanudar el juego, ya sea con una falta, un saque de esquina, un saque de banda o un saque de portería, existirá la posibilidad de que el jugador pueda conducir el balón sin necesidad de pase. Esta regla, como el resto, tiene por objetivo agilizar el juego y evitar lo máximo posible parones innecesarios durante el partido.
⚽ La FIFA está realizando pruebas de posibles cambios futuros en el formato de los partidos de fútbol:
⏱️ 2 partes de 30' a reloj parado
🔄 Cambios ilimitados
👟 Saques de banda con el pie sin necesidad de pase, como las faltas
🟨 La amarilla son 5' de suspensión pic.twitter.com/aSJUBPU9d4
— Pablo Bueno (@pablobueno22) July 17, 2021
Con esta nueva regla, si el árbitro sanciona a un jugador con una cartulina amarilla, también será penalizado con una suspensión de 5 minutos de juego. Esto quiere decir que el jugador en cuestión tendrá que esperar 5 minutos reales de juego para poder volver a entrar al campo. El entrenador del equipo se ve, por tanto, obligado a dar entrada a otro jugador durante ese periodo de tiempo. La tarjeta roja sigue siendo una expulsión directa y sin ninguna posibilidad de volver al terreno de juego.
Esta última nueva regla permite a ambos equipos realizar cuantos cambios quiera. Esto no afectaría a la pérdida de tiempo, pues el reloj se encontraría totalmente parado. La entrada y salida de jugadores de manera libre produciría un mayor intervencionismo de los entrenadores, además de mayor frescura física a los propios jugadores.