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Más allá de victorias, títulos, rachas y la estabilización de un estilo, el gran logro de Diego Simeone en el Atlético de Madrid se percibe en días como este viernes. Se trata del absoluto respeto de todo el mundo al club rojiblanco. La presencia del escudo colchonero en el sorteo de los cuartos de final de la Champions es ya una tradición poco valorada. Y el respeto de los rivales, un signo de élite. Al Atlético le ha tocado nada menos que el Manchester City, el gran favorito para ganar la competición. El gesto torcido de los citizens demuestra el poderío rojiblanco labrado en toda una década mágica.
El entrenador del Manchester City, Pep Guardiola, anticipó de salida que a su equipo le resultará complicado imponer su estilo y dominar el encuentro frente al Atlético de Madrid. "Tenemos que ser listos y esperar al momento adecuado", esgrimió el técnico catalán. La fortaleza exhibida frente al otro equipo de Manchester, el United, es la carta de presentación que Simeone presenta en esta ronda de la Liga de Campeones: un 'hemos vuelto' en toda regla.
El duelo entre Simeone y Guardiola será el de dos estilos diferenciados, entre dos técnicos que se respetan y que han labrado su estatus en los últimos 15 años a base de personalidad y oficio en el manejo de vestuarios y en la gestión de recursos. El Atlético puede presumir de ser uno de los grandes de Europa y está dispuesto a dar otro paso más que engrandecer un escudo que ya impone su peso en el Viejo Continente.