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La gran noticia de este martes ha sido el regreso del Papu Gómez a los entrenamientos del primer equipo del Sevilla FC. El argentino se lesionó en la primera parte del derbi liguero ante el Real Betis Balompié, allá por el 27 de febrero, y desde entonces el equipo de Julen Lopetegui echa en falta su creatividad y su peculiar forma de entender el fútbol.
Aunque el Papu Gómez ha mostrado en pequeñas dosis el nivel que le convirtió en uno de los emblemas del mejor Atalanta de la historia, lo cierto es que al sevillismo le gusta y que cuando entra en juego aporta algo diferente a un equipo que, en estos momentos, es romo en ataque.
Tanto es así, que desde que se lesionara en el derbi, el Sevilla sólo ha ganado uno de los seis partidos que ha disputado, y no le sirvió para nada, ya que fue la ida de los octavos de final de la Europa League, ronda en la que fue eliminado por el West Ham, que remontó el resultado del Sánchez-Pizjuán en Londres.
El Papu Gómez se ha perdido cuatro partidos de LaLiga Santander, saldados con tres empates -Alavés, Rayo Vallecano y Real Sociedad- y una derrota -FC Barcelona-. Los otros dos partidos fueron los citados de competición europea, con una victoria y una derrota.
El bonaerense hizo todo lo posible para estar en Londres en el partido de vuelta de los octavos de final de la Europa League, pero recayó de su lesión y se perdió algunos partidos más, tal y como reconoció él mismo hace poco en los medios oficiales del club.
Hasta ahora, el Papu Gómez ha disputado 32 partidos en todas las competiciones, superando la barrera de los 2.000 minutos. En ese tiempo ha marcado cinco goles y ha dado tres asistencias, pero sobre todo le ha dado otro ritmo al juego de un equipo que necesita alternativas para acabar la temporada logrando sus objetivos.