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El Liverpool no había empezado bien la Premier League. Pero su goleada por 9-0 contra el Bournemouth hizo despertar las chispas necesarias dentro del equipo. Para afianzar su buen camino, tenían la oportunidad de batir en casa al Newcastle, que busca ser uno de los equipos europeos del próximo año. Lo consiguió, pero sufriendo hasta el final con un gol agónico que le daba los tres puntos a los de Klopp.
Isak, procedente de la Real Sociedad, era la nueva arma del ataque del Newcastle. Por lo que también se convertía en la máxima preocupación del conjunto red. Un hecho que el propio sueco hizo notar antes del descanso. Isak recibió el balón en el área tras un gran pase y batió a Allison, marcando su primer gol con el Newcastle en el primer partido que jugaba con el equipo.
De hecho, en el principio de la segunda mitad marcó otro gran gol, pero el colegiado anuló el tanto por fuera de juego. El Liverpool tenía la obligación de reaccionar si no querían otro tropiezo más en liga. Y lo hizo con un buen gol de Roberto Firmino a pase de Salah que ponía el empate en el marcador. La esperanza de Anfield resucitaba buscando los tres puntos por segunda jornada consecutiva.
La plantilla de Klopp lo siguió intentando, pero no encontraban el acierto. Todo parecía indicar que el Liverpool solo iba a sacar un punto, pero en la última jugada del partido cambió todo. En el minuto 97, el conjunto local sacaba un córner y, tras varios rechazos, Carvalho remató con fuerza hacia la portería marcando un gol en el último suspiro del encuentro.
Tres puntos de oro que le sirven al Liverpool para respirar y también para acercarse más a los primeros puestos. Con un Arsenal y Manchester City imperiales, el equipo de Klopp no se puede permitir más pérdidas de puntos.