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Descartado en la pretemporada, cedido por tercer curso consecutivo y protagonista en el Girona FC, con el que su golazo de la última jornada ha recorrido todas las televisiones, Rodrigo Riquelme se enfrenta este sábado a su futuro, el Atlético de Madrid y Diego Simeone, a examen de nuevo, en el foco por la irregularidad de los últimos tiempos y entre la incógnita de si Antoine Griezmann repetirá como titular.
El técnico argentino no ha desvelado si ya tiene vía libre para contar con el internacional francés sin ningún condicionante de tiempo, como había ocurrido hasta el pasado martes, a falta de que se complete el acuerdo que tienen avanzado Barcelona y Atlético de Madrid para su traspaso al conjunto madrileño y con el que se superaría el pulso sostenido hasta ahora para la rebaja de los 40 millones estipulados en la opción de compra obligatoria en el caso de que disputara al menos 45 minutos en el 50 por ciento de sus partidos disponibles.
Una vez cerrado el acuerdo, aún no firmado, Simeone podrá utilizarlo todo el tiempo que quiera sobre el campo, como hizo en Brujas y como previsiblemente debería ocurrir este mismo sábado, cuando asoma por el Metropolitano la sombra de la duda en el Atlético e irrumpe el canterano Rodrigo Riquelme, cedido al Girona.
"Hablamos con Riquelme al empezar, obviamente contándole la realidad que tiene hoy el equipo, donde hay muchos futbolistas en esa posición que él ocupa y que el crecimiento que está teniendo se iba a detener. Creo que estamos acertando todos; él está jugando, creciendo con un gran entrenador (Míchel) y con un equipo que juega en consecuencia de las características que tiene él para poder explotar sus mejores virtudes, la velocidad, la explosión, el tiro y el trabajo", expresó este mismo viernes Diego Simeone.
Riquelme no entró en los planes de la plantilla el Atlético en esta campaña, pero su progresión apunta a que sucederá más pronto que tarde, con un contrato que vincula al futbolista de 22 años con el club madrileño hasta 2028, mientras supera etapas para regresar al equipo del que surgió de su cantera y al que se enfrenta este sábado en el Metropolitano, en la celebración, además, del 'Día de las Peñas'.
Una fiesta sobre aviso para el Atlético, cuyo presente apenas tiene certezas. Derrotado en tres de los últimos cuatro partidos entre todas las competiciones, la alarma está encendida, en una situación límite en la Liga de Campeones, seis puntos por debajo del liderato en la Liga y distante de los niveles más reconocibles de la era Simeone, entre la reacción o la crisis, sin términos medios ya a estas alturas, con tan solo diez encuentros disputados entre ambas competiciones. Sólo ha ganado la mitad, cinco, con un empate y cuatro derrotas.
El 2-0 del martes contra el Brujas, frustrante después del esperanzador 0-2 con el que reaccionó de forma nada más momentánea el sábado anterior contra el Sevilla, señaló de nuevo al planteamiento del técnico argentino, dentro del laberinto interminable que es actualmente la Liga de Campeones para el entrenador, entre el temor al fiasco, la presión de siempre y la inseguridad, la falta de agresividad y de intensidad defensiva que sólo despierta melancolía cuando se compara con el pasado.
Desde hace tiempo, quizá desde su último campeonato de Liga, no es lo que era el Atlético, sean cuales sean sus nombres sobre el terreno, demasiado lejos de las mejores versiones individuales y colectivas. Tampoco el reencuentro de Stefan Savic y Giménez ha sido una solución más allá del triunfo en Sevilla. Ni siquiera la vuelta de Antoine Griezmann, presumiblemente ya sin limitaciones de minutos por primera vez en el curso, por el acuerdo que ultiman Barcelona y Atlético para su traspaso. Ni el adelanto de Axel Witsel al medio.
Todo lo que aparentó en Sevilla quedó al descubierto en Bélgica. La explicación de la falta de contundencia que surge del propio equipo se queda corta. Porque tampoco, sobre todo, tuvo ambición, agresividad y voracidad en Brujas, como tampoco antes en Leverkusen; cuestiones que formaban parte de la esencia del equipo de Simeone, hoy indefinido, sujeto a la duda casi permanente y necesitado de una secuencia de victorias que lo reafirme de forma urgente, empezando por el duelo de este sábado con el Girona.
No le vale otro resultado al Atlético, durante el próximo mes sin Marcos Llorente, justo cuando había reencontrado el gol 51 partidos después, justo cuando se ajustaba a una posición mucho más acorde a sus cualidades. Una lesión muscular lo aparta de al menos los próximos seis partidos. Felipe Monteiro y Sergio Reguilón, aún sin debutar de rojiblanco, completan las bajas por lesión para la cita de este sábado.
El resto están disponibles para armar el once. En él surgen posibles variaciones, como la entrada de Ángel Correa en la banda derecha, el regreso de Saúl Ñíguez al centro del campo o la vuelta de Mario Hermoso a la defensa. También se intuye la titularidad de Antoine Griezmann al lado de Álvaro Morata, con la repetitiva ya suplencia de Joao Félix, relegado al banquillo en los dos duelos posteriores al parón de selecciones (Sevilla y Brujas). Está disponible José María Giménez, que apunta a la titularidad, y aparece la posibilidad de alguna rotación, con el Brujas en el horizonte, entre tanta carga de compromisos.
Enfrente, el Girona de Míchel Sánchez necesita ganar o como mínimo puntuar en el feudo atlético, después de las derrotas con el Betis (2-1) y la Real Sociedad (3-5), aunque la situación no es preocupante para los gerundenses, ya que, pese a esos dos resultados, mantienen los tres puntos de ventaja que tenían con la parte baja tras vencer al Valladolid.
Pero el equipo quiere firmar una actuación convincente para dejar atrás la pésima imagen defensiva del duelo ante la Real Sociedad, en el que desaprovechó dos ventajas y no logró ningún punto pese a anotar tres goles.
El Girona encajó cinco goles en cinco chuts a puerta, en un duelo en el que quedó patente que la fragilidad defensiva está frenando al equipo e impide que esté más arriba.
Decimotercero al inicio de esta jornada, aún no ha acabado ni un partido con la portería de Juan Carlos Martín a cero y ya acumula 12 goles en contra. Si realmente quiere aspirar a luchar por algo más que la permanencia, tiene que mejorar en defensa. Y empezar a puntuar lejos de casa.
Porque hasta ahora solo ha sumado un punto en tres partidos como visitante: ha perdido contra el Valencia (1-0) y el Betis (2-1) y ha empatado con el Mallorca (1-1, con gol de Samu Sáiz en el añadido). Es uno de los cuatro peores visitantes de la Liga... Y el Metropolitano parece un estadio poco idóneo para cambiar la situación, pero en Girona se aferran a los precedentes ante el Atlético de Madrid: cinco empates y una derrota.
Respecto al último partido, Míchel Sánchez podría sacrificar a Manu Vallejo para fortalecer el centro del campo con la entrada de Yangel Herrera y dejar como únicas referencias ofensivas a Rodrigo Riquelme y Taty Castellanos. Riquelme, una de las sensaciones de este inicio de curso, podrá jugar porque su cesión desde el Atlético no tiene 'cláusula del miedo'.
El técnico madrileño tiene las bajas de Reinier Jesus, Samu Sáiz, David López, Borja García e Ibrahima Kébé.