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Simeone está viviendo su peor momento desde que llegó al Atlético de Madrid. El equipo colchonero volvió a fallar en un duelo que debía ganar para evitar que la eliminación en Champions fuera el único fracaso europeo. Sin embargo, no pudo contra el Oporto y el empate entre el Leverkusen y el Brujas selló el peor presagio para los rojiblancos.
En la última jornada quedaba por decidir quién se llevaría la plaza de la Europa League. El objetivo del Atlético se trataba de ganar para tener el pase matemáticamente, pero el partido fue más decepcionante. Dos fallos de concentración en apenas 20 minutos puso un 2-0 en el marcador que ya dejaba prácticamente imposible el milagro.
Taremi y Eustaquio dejaron en evidencia una defensa que ya hacía aguas desde hace varios partidos. Sin embargo, el conjunto rojiblanco siguió jugando a un nivel muy bajo, perdiendo balones y con escasas llegadas arriba. Ni la titularidad de Joao Félix fue suficiente para intentar crear más peligro. De hecho, fue Jan Oblak quién se vistió de héroe para evitar una goleada que hubiera hecho más sangre.
El segundo tiempo no cambio el ritmo del partido y el Oporto no paró de dominar el juego y las ocasiones mientras el Atlético jugaba a contrarreloj. Ya, en el descuento, los colchoneros se encontraron con un gol fortuito en un córner que acabó metiéndose Marcano en su portería. El Leverkusen no consiguió tampoco ganar pero el empate le valía siempre y cuando los de Simeone no consiguieran puntuar.
De esta forma, el Oporto se queda con la primera plaza con doce puntos y el Brujas le sigue con once. El puesto de Europa League se lo quedan los alemanes con cinco puntos y, con el 'average' ganado al Atlético, Simeone se queda sin participar ninguna competición europea en lo que queda de temporada.