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Japón, contra todo pronóstico, ha dado la campanada en el Grupo E, cuadro en el que se encuentran España y Alemania. Tras un épico triunfo contra los germanos, la situación se ha vuelto muy positiva para los nipones por varias razones.
La primera, y la más importante, es la gran imagen que dieron en su debut mundialista. A pesar de que no tuvieron el control del partido, supieron mantenerse ante el constante ataque alemán hasta que tuvieron la oportunidad de salir y plantar cara a una de la selecciones con mejor plantilla del mundo.
Tras ello, los japoneses son segundos con tres puntos y su siguiente rival será Costa Rica, un equipo que dejó mucho que desear contra España. La selección de Luis Enrique le endosó sin apenas complicaciones siete goles, demostrando que Keylar Navas no es suficiente para proteger una portería que hace aguas en defensa. Además, su ataque fue inofensivo ya que no tiraron a puerta en los 90 minutos. De esta forma, Japón tiene bastantes opciones de sumar un triunfo y poder ganar su billete a los octavos de final.
Además, el hecho de jugar primera evitará tener presión a la hora de salir al partido. El duelo de Alemania y España es algo que también le beneficia. Si Japón gana a Costa Rica, la victoria de la Roja sería el resultado más óptimo para ellos ya que se clasificarían matemáticamente. En caso de empate entre ambas, los nipones incluso podrían soñar con una primera plaza y, si gana Alemania, todo estaría por decidirse en la última jornada contra una España que se jugaría la vida.
De todas formas, Japón ha cambiado los planes a ambas selecciones y, como dijo Kubo: "La hemos liado, hemos puesto el grupo patas arriba".