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El Real Madrid volvía a la Copa del Rey sabiendo que se enfrentaba a un equipo de inferior categoría. Esto podía ser una ventaja a priori, pero los focos estaban puestos sobre el conjunto blanco después de aquella eliminación contra el Alcoyano en la que el Madrid no fue capaz de ganar incluso en la prórroga. El Cacereño era ahora su rival y, precisamente, era un equipo que ya sabía perfectamente lo que significaba ganar a un equipo de Primera División.
Lo lograron contra el Girona por 2-1 y ahora el Real Madrid llegaba a Cáceres con la idea de no sufrir. Hazard volvía a una titularidad junto con Odriozola, aunque Ancelotti ya sabía de los precedentes de este equipo y sacó al campo a varios titulares. Rodrygo encabezaba un ataque que no tuvo mucho éxito durante la primera mitad. El campo se le hacía algo complicado al conjunto que vestía de morado y apenas se contaron ocasiones por parte de ambos equipos.
Ancelotti realizó varios cambios en la segunda mitad con el objetivo de intentar remover el partido. Pero el que lo consiguió no fue otro que Rodrygo. Tras una jugada de regates dentro del área, el brasileño culminó con un gol por la escuadra que dejó sin opciones al portero del Cacereño. Con la tranquilidad del resultado de ventaja en el marcador, era el propio Cacereño el que debía contestar para no caer eliminado.
Sin embargo, el conjunto de Ancelotti no se lo puso nada fácil, ya que las líneas del centro del campo y de la defensa estaban muy bien armadas. Los locales no pudieron rematar a puerta en la segunda mitad y el Real Madrid, por la mínima, se llevó la eliminatoria y el pase a los octavos de final, aunque deberán ser más contundentes a la hora de atacar de aquí en adelante.