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Con la esperanza de volver a estar en puestos europeos después de mucho tiempo, el Liverpool recibía al Manchester United. Pero esto era más que un simple partido, ya que los hombres de Klopp querían saber si se habían recuperado ya por completo de la derrota ante el Real Madrid o, dicho de otra manera, si iban a ser capaces de plantarle cara a un equipo grande en la vuelta de los octavos. Para ello, el Manchester United era la mejor prueba.
El partido, tal y como cabía esperar, estuvo bastante igualado desde el principio. De hecho, fue el propio Manchester United el que se adelantó en el marcador, aunque el gol fue anulado. Cody Gakpo sería el encargado de abrir la lata en Anfield con un gran gol que le dio un golpe psicológico al United. Tanto que en la segunda parte todo sería desastroso para el conjunto visitante.
Darwin Núñez y Gakpo de nuevo pusieron el 3-0 cuando apenas se habían jugado cinco minutos de la segunda mitad. El Liverpool estaba muy cómodo con su afición disfrutando de cada gol y, pese a los cambios, el United no daba signos de poder arreglar el partido. Ante esto, Salah marcó el cuarto gol para que después fuera Darwin Núñez de nuevo el que pusiera el quinto en el electrónico a favor del Liverpool.
La afición no se lo podía creer, pero la fiesta del Liverpool estaba lejos de acabar. En el minuto 83, Salah volvió a marcar, firmando otro doblete tras Gakpo y Núñez y, justo antes de terminar el tiempo reglamentario, Firmino cerró el resultado con un histórico 7-0. El United quedó destrozado y el Liverpool vuelve a meterse en Europa en la quinta posición. Pero, sobre todo, mandó un mensaje de aviso al Real Madrid de que las cosas se pueden poner complicadas en el Bernabéu.