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Ya sólo con la liga en juego, el Atlético de Madrid tenía la obligación de ganar en Montilivi en la jornada del lunes para evitar males mayores. Tanto la Real Sociedad como el Real Betis están relativamente cerca de los rojiblancos y les pueden arrebatar la plaza de Champions League. Ese es el único objetivo que le queda ya al equipo de Simeone y, por medio de Morata, han dado un paso importante en la tabla.
El guion de partido se cumplió según lo previsto, con un Atlético que dominaba tanto en posesión como en remates. Pero el Girona le estaba demostrando al Atlético de Madrid que no se lo iba a poner nada fácil. Todo ello con intentos tanto por dentro como por banda para llegar a la portería de Jan Oblak. No hubo ocasiones fuera de lo normal ni un peligro mayor en la primera mitad.
Ante esa necesidad de puntos y viendo que el equipo no terminaba de responder, Simeone movió ficha. Sacó al campo a Correa, Morata y Rodrigo de Paul con la intención de dar el primer golpe. Aunque Oblak sería algo protagonista después de un par de intervenciones. Una de ellas fue un disparo desde el centro del campo de David López que iba directo a portería de no ser por la parada del portero.
Los minutos pasaban y nada ocurría hasta que llegó el descuento. Morata marcó gol después de un saque de esquina, pero fue anulado por el colegiado por posible fuera de juego. El VAR lo revisó y finalmente concedió el gol a los atléticos, que estallaron de alegría al ver que podían superar el empate. Poco más pudo hacer el Girona y, de esta manera, los tres puntos permitieron al Atlético de Madrid colocarse con 48 puntos.