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El Real Madrid quería olvidarse de una dura derrota en liga con su competición favorita, la UEFA Champions League. Los blancos recibían a un Chelsea que no estaba viviendo la mejor de sus temporadas y la oportunidad de dar un paso más allá en el torneo era evidente. Es cierto que el conjunto inglés con su nuevo entrenador, Frank Lampard, tiene sus armas. Pero con Vinicius Junior, al frente, las posibilidades del conjunto merengue aumentan considerablemente.
El partido fue, desde el principio, un monólogo del Real Madrid. Lo único que buscaba el Chelsea era salir lo menos herido posible para tener a la afición de su favor en la vuelta y aspirar a algo. Y eso el Madrid lo sabía. Por ello, supo atacar constantemente y presionar a sus rivales para poder generar espacios ante líneas defensivas bastante cerradas.
Para generar huecos había que sorprender. Y fue entonces donde apareció Carvajal en zona central para poner un gran balón a Vinicius. El brasileño remató y Kepa hizo una gran parada, pero el balón le cayó a Benzema, que remató a placer para marcar el primero de la noche. Fue el golpe que necesitaba el Madrid. Aunque si hay que destacar a una persona, esa es Vinicius Junior.
Ante dos defensores veloces como Reece James o Fofana ganó todos los duelos. Desquició por completo a las defensas con su velocidad y sus cambios de ritmo. Pero no solo él, sino también Rodrygo, que fue capaz de forzar una tarjeta roja directa por último hombre a Chilwell. El Chelsea, con uno menos, se fue atrás en la segunda mitad y al Madrid le costaba generar peligro.
Apareció desde el banquillo Marco Asensio para poner el 2-0 tras un saque de esquina que pilló al Chelsea despistado. Y con esos dos goles, el Real Madrid gana una importante ventaja para la vuelta y tiene muy cerca el pase a las semifinales.