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El Barcelona llegaba con optimismo a la vuelta de cuartos de Champions y tenían motivos para ello. Habían logrado sacar ventaja de París y la vuelta se jugaba en su campo, sabiendo que el empate les valía. No obstante, tenían la tarea de defender a jugadores de la talla de Mbappé y Dembélé, además de otros muchos que podían causar bastante daño. Xavi quiso tener el protagonismo desde el principio y lo consiguió con un gol de Raphinha que ponía la eliminatoria en manos de los culés. Hasta que una jugada lo cambió todo.
Araújo, en su intento por parar a Barcola, cometió falta siendo el último hombre. El árbitro le mostró la tarjeta roja directa y puso a los de Xavi en desventaja numérica. El PSG aprovechó esa situación para venirse arriba y Dembélé, que ya fue uno de los protagonistas en la ida, lo volvió a ser en la vuelta para poner el empate en el marcador.
A la llegada del descanso, el Barça tenía mucho que aguantar con uno menos en la segunda mitad. Debía defender ese empate que le valía para pasar. Pero Vitinha, con un gran golpeo desde fuera del área, puso el 1-2 que empató la eliminatoria. Fue un jarro de agua fría que iba a ser muy difícil de remontar. Para más inri, Xavi fue expulsado por protestar y Dembélé provocó un penalti que Mbappé aprovechó para marcar el 1-3.
Aun así, el Barcelona dio la cara y estuvo cerca de ese gol que pudiera mandar el partido a la prórroga. Mbappé, de nuevo, puso el punto y final a la eliminatoria y a la temporada culé. Al Barcelona solo le queda pelear por el primer puesto en liga y lo va a tener complicado. Este fin de semana visita al Real Madrid en el Bernabéu y la cuota de su victoria llega hasta los 4.50 euros por euro apostado. Por tanto, una gran parte del barcelonismo ya piensa en la próxima campaña.