El derbi asturiano llega en horas bajas

El Real Oviedo y el Sporting de Gijón disputarán el próximo domingo el derbi asturiano en el Carlos Tartiere. Lo harán envueltos de dudas, muy lejos de los objetivos marcados a principio de temporada y en un contexto de alta preocupación por parte de las dos aficiones. 

Las turbulencias institucionales del Real Oviedo, que ha vuelto a caer al descenso, se suman a las dudas en torno al proyecto deportivo del Sporting de Gijón. Los dos equipos atraviesan por un mal momento, lo que se traduce en sus posiciones sobre la clasificación y la progresiva pérdida de expectación por el derbi asturiano.

Como el curso pasado, el conjunto gijonés llega al Carlos Tartiere con muchas dudas sobre la figura de su entrenador José Alberto López. Los rojiblancos han caído a posición 16 de LaLiga SmartBank, un puesto inadmisible para la fuerte inversión que ha realizado este verano. El Sporting carece de continuidad y de soluciones para encontrar el camino recto hacia los puestos de arriba. En estos momentos, resulta impensable creer en la remontada.

Mientras, los últimos resultados de la entidad ovetense tampoco son los mejores, aunque al menos no tan alarmantes como su clasificación. Desde la llegada de Javi Rozada, los carbayones han sumado 13 puntos en 10 partidos por los 11 que han logrado los gijoneses.

Al mal momento deportivo también se une las delicadas o inexistentes relaciones, al menos de cara al público, entre los dos equipos. No se espera ningún tipo de acto conciliador y, en la misma línea, cada una de las aficiones no tiene grandes esperanzas en el rendimiento de su equipo. El derbi asturiano llega en horas bajas.