El Oviedo frena en Mallorca

Pese a la buena dinámica del Real Oviedo, el ambiente que dejó el partido ante el Lugo fue de pequeña decepción por como se produjo el resultado. Una decepción que se ve todavía más ampliada tras la derrota contra el Mallorca, por el resultado y por como llega. Tocaba otra visita exigente y Anquela planteó una pequeña revolución, comenzando por el dibujo y continuando por nombres propios. El técnico salió con 4-3-3, con Viti en el lateral derecho, Javi Muñoz acompañando al doble pivote habitual, Omar Ramos en el extremo y Toché en el lugar de Joselu.

El partido llegaba en el contexto de una pequeña batalla por no perder el tren. Una victoria suponía mucho para lo positivo. Una derrota, para lo negativo; sobre todo en el caso local. El centro del campo azul, más que buscar la fluidez, buscaba tejer una tela de araña en torno a Salva Sevilla, jugador estratégico del Mallorca. Con la zona central copada de azul, los locales buscaban las llegadas por banda mediante centros laterales, algo en lo que el Oviedo se siente cómodo.

Los azules se  encontraban bien en defensa, pero atascados en ataque, donde no encontraban argumentos en la batalla táctica para acercarse a la portería de Reina. Cuando los azules cogían el balón sí había fluidez y posesiones largas, pero eso pasó pocas veces en la primera parte

Así, las ocasiones solamente podrían llegar desde el balón parado o aprovechando errores del rival. Precisamente de esta última manera llegó la única ocasión de la primera parte, que fue del Mallorca. En una presión sobre la salida de balón de Carlos Hernández los bermellones robaron, y el balón acabó en el segundo palo, donde Dani Rodríguez acabó disparando alto para alivio de la expedición carbayona.

El guion era parecido al del partido copero, con ambos equipos dando sensación de tener todo controlado, pero sin desmelenarse en ataque en una batalla táctica. El Mallorca salió algo más volcado en la segunda parte. Controlando y midiendo los avances, pero avanzando en el fondo y llegando al área azul. La entrada de Stoichkov le dio más empuje todavía a los locales, que comenzaron a llegar con peligro por banda izquierda. Lago Junior, que había estado bien atado por Viti, comenzó a soltarse y de sus botas nació un buen centro que remató Stoichkov. Folch la tocó lo justo para evitar que el balón fuera a portería.

Los cambios dieron premio al Mallorca, que se adelantó no obstante desde el balón parado. Salva Sevilla sacó a la corta y por ahí apareció Pervis Estupiñán, que remató con la zurda y el balón se coló en la portería de Champagne al pasar entre la maraña de piernas que había en el área. Anquela movió piezas entonces, dando entrada a Ibrahima y Saúl primero, y luego a Joselu, pero el partido ya tenía el guion marcado y las sustituciones azules no contribuyeron a volver a girar el encuentro.

El Mallorca buscaba la sentencia y a punto estuvo de encontrarla en un batallador Budimir. El delantero se buscó la vida para plantarse en la frontal del área y después de un par de quiebros sobre Carlos Hernández, sacó el disparo que consiguió rechazar Champagne. El Oviedo, con argumentos ofensivos sobre el campo, no fue capaz de llegar hasta la portería de Reina, con el Mallorca controlando el partido en los minutos finales. Los azules ven así como se frena la racha y como se alejan las posiciones de play off, en busca de volver a la victoria cuanto antes.