Omar Ramos y los malos recuerdos desde Málaga

Una de las novedades este próximo lunes en La Rosaleda será la presencia de Omar Ramos, que entró en la convocatoria del Real Oviedo para la importante cita ante el Málaga. Una sorpresa que trae malos recuerdos en casa del próximo rival, del que fue verdugo cuando militaba en el filial del Tenerife y tuvo que enfrentarse al filial del conjunto andaluz en una eliminatoria de ascenso a Segunda B.

Llegó como refuerzo el pasado mercado invernal, pero las lesiones le han impedido jugar con regularidad y normalidad. Ahora, ya recuperado, vuelve a una convocatoria en el momento clave, para intentar ayudar al Real Oviedo a conseguir un triunfo en Málaga que se antoja vital para seguir con aspiraciones de play off.

Omar estará en La Rosaleda, un lugar en el que no se le guarda cariño precisamente, por lo ocurrido hace varias temporadas en un partido entre el filial del Málaga y el Tenerife B, lugar en el cual se forjó futbolísticamente. Será la undécima vez que se enfrente al equipo blanquiazul y con la cuarta camiseta tras hacerlo con el Tenerife, el Valladolid o el Leganés, su penúltimo club. Pero, como decíamos, algunos malaguistas recuerdan a Omar Ramos por una de sus faenas cuando era una de las mayores promesas del fútbol canario.

Se enfrentaban en 2009 por subir a Segunda División B el Málaga B y el Tenerife B, Dos muy buenos equipos. La eliminatoria de Omar fue soberbia. Y eso que en la ida, jugada en una atestada Ciudad Deportiva El Viso, el Málaga B vencía por 4-0. Pero los tinerfeños lograron llevar con vida la eliminatoria a la vuelta con dos goles en el tramo final (4-2).

Fue en aquel partido de vuelta en el Heliodoro Rodríguez López cuando Omar Ramos ajustició al filial marcando dos tantos decisivos, sobre todo el segundo, a cuatro minutos del final, que darían el pase y el ascenso posterior al Tenerife B dejando al filial andaluz en la estacada. Una década después de aquello Omar Ramos volverá a estar enfrente con la única idea de ayudar al Real Oviedo a conseguir una victoria trascendental.